Navantia prevé 1.500 millones en contratos de eólica marina en dos años
La construcción de componentes para eólica marina, fundamentalmente cimentaciones para los aerogeneradores, se ha convertido en la segunda área de negocio de Navantia, con una cartera de contratos de 413 millones a cierre del pasado ejercicio. Está muy lejos de los 6.645 millones que representa la principal actividad del grupo, la construcción naval, pero supera los ingresos previstos por el área de servicios y sistemas y, todo apunta, seguirá creciendo en importancia.
En 2022 los contratos de eólica offshore alcanzaron los 600 millones repartidos en siete encargos, según figura en las cuentas anuales de Navantia. No toda esa facturación va a parar a Seanergies, la marca con la que operan en este sector los astilleros públicos, ya que parte de ellos los factura en UTE con Windar, una alianza que ha permitido llevar a Fene relevantes contratos, como los firmados con Iberdrola.
Incremento en la contratación
Según la memoria anual de Navantia, la previsión es que la contratación aumento significativamente en este curso. «Para el año 2023 se prevé la contratación de una cifra del orden de 600 millones de euros a nivel de UTE con Windar, mientras que la contratación de Navantia se espera superior a 350 millones. Los productos a contratar consisten en monopiles para escenarios europeos, flotadores también para Europa y subestaciones para Europa y Estados Unidos», dice la compañía.
De ser así, el grupo público alcanzaría los 1.550 millones en contratos para eólica marina en dos años, experimentando además una progresión positiva, pues pasaría de los 600 millones de 2022 a los 950 millones del año siguiente, sumando tanto la actividad en solitario como la alianza con Windar.
Un mercado propicio
Según explica Navantia, la mayor parte de las oportunidades en esta área para el periodo entre 2023 y 2025 se concentran en Reino Unido
y Francia, a nivel europeo, y en Estados Unidos. «En el área de eólica marina, el 77% de las peticiones iniciales de información (RFI) se convierten en ofertas, lo cual contrasta con la media de la empresa, que es del 21%. Esto es así por la propia naturaleza de este sector, donde el 100% de las ofertas son solicitadas, y están orientadas a desarrollos concretos», indica en su memoria anual.