Mensaje del Gobierno a Altri: «Se perdió la oportunidad de optar a 111 millones en ayudas»
La carrera por construir en Palas de Rei (Lugo) una planta de fibras textiles que sea referencia de sostenibilidad en Europa y ponga en valor el potencial del sector forestal gallego como abastecedor de la industria de la moda tiene por delante varios obstáculos. Uno de ellos, quizá el más comentado desde las palestras políticas, es el acceso a los fondos europeos Next Generation. Altri, como avanzó este medio en junio, aspira a captar unos 200 millones en ayudas, que cubrirían el 25% de los cerca de 800 millones que requeriría la factoría, el proyecto tractor más relevante en cuanto a inversión de los impulsados por la Xunta a través del consorcio público-privado Impulsa.
El delegado del Gobierno, José Miñones, detalló este jueves la situación en la que se encuentra la iniciativa, dejando claro que el Ejecutivo central está trabajando con la compañía para que pueda acceder a fondos europeos, pero «dentro de las concurrencias competitivas de los distintos PERTEs que están encima de la mesa». «Se perdió la oportunidad de aprovechar los fondos extraordinarios de transición justa, 111 millones que la UE da al Gobierno de España y que se transmiten a la Xunta para proyectos estratégicos con el condicionante de que tenían que estar ubicados en la provincia de A Coruña», dijo Miñones, que hacía balance de los fondos destinados por el Gobierno a Galicia en el último semestre.
El representante del Ejecutivo en Galicia hacía referencia a las ayudas destinadas a la reindustrialización de comarcas afectadas por el cierre de centrales térmicas en el marco del proceso de descarbonización, como es el caso de As Pontes o Meirama. Altri decidió llevar su fábrica de pasta soluble y fibras textiles a Palas de Rei (Lugo), después de un estudio en el que, según aseguró, se analizaron 46 ubicaciones posibles.
Este tipo de fondos facilitan que pueda presentarse el conjunto de la iniciativa para optar a un volumen importante de ayudas, a diferencia del escenario actual, que obligaría a Altri a optar a partes específicas de distintos PERTE para acumular financiación, lo que dificulta que pueda alcanzar los 200 millones deseados. Desde la Xunta se había pedido un PERTE específico para el sector forestal que facilitase la tarea a la compañía portuguesa. El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, apuntó el pasado diciembre que la pastera podría tener que dividir en 17 mini proyectos su fábrica de fibras textiles para optar a las ayudas.
El Gobierno pide a Altri más detalles
Sin referirse específicamente a Altri, Miñones clarificó que los PERTE no están dirigidos a proyectos o empresas concretas, sino «a un entorno, como el caso de la economía circular o las renovables», para que «pudiesen encajar» cada uno de los proyectos y buscando «dar cumplimiento al plan de recuperación y a los requisitos de Europa».
El exalcalde de Ames, ahora sí más específico, explicó que la dirección de la compañía lusa se reunió con el secretario general de Industria en Madrid y que desde el Minisiterio están en contacto con la compañía para trabajar en el acceso a los fondos europeos. «Se le solicitó más detalles del proyecto, pero por el momento no tenemos ese proyecto definido«, dijo el delegado del Gobierno. «Seguimos trabajando para que la iniciativa salga adelante, pero dentro de las concurrencias competitivas de los PERTE que hay encima de la mesa», añadió.
Las tareas pendientes de Altri
En su último informe de resultados, correspondiente al tercer trimestre del pasado ejercicio, Altri detallaba que actualmente está trabajando en el estudio de impacto ambiental, el proyecto de ingeniería, la viabilidad económica, la estructura de financiación y en el acceso a fondos europeos de su iniciativa en Galicia, que aspira a producir 200.000 toneladas anuales de pasta soluble y fibras textiles. A medida que avancen estos trabajos, la compañía podrá tomar una decisión definitiva respecto a la inversión a lo largo del primer semestre de este año. «Hay una serie de elementos que tenemos que reunir para poder tomar una decisión con base y sostenible a largo plazo. Estamos hablando de un proyecto que tiene una vida útil de 50, 60 o 70 años y será estructural para el grupo y para la industria», dijo el consejero delegado del grupo, José Soares de Pina, en declaraciones a Jornal de Negocios el pasado noviembre.
A cierre del trimestre, Altri tenía una deuda neta de 360 millones, un nivel bajo de 1,3 veces el ebitda de la compañía. La inversión necesaria para su proyecto en Palas de Rei elevará sensiblemente estos niveles, aunque la carga podría aligerarse por diversos factores. Uno de ellos es la cuantía de los fondos europeos que pueda obtener. El otro, la entrada de socios en el proyecto, como ya ha sucedido con Smarttia, la sociedad con la que Manuel García controla Greenalia.