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Los errores del PP al negociar con Jácome embarran el camino de Rueda a las autonómicas

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La aparición del presidente de la Xunta en un programa en prime time de la CRTVG, la confirmación de la candidatura de José Ramón Gómez Besteiro a las primarias socialistas y la celebración del debate sobre el estado de la autonomía, con Ana Pontón presentando las líneas maestras de un eventual gobierno del BNG en San Caetano, parecen marcar el inicio de una larga precampaña a las autonómicas gallegas. Alfonso Rueda, que tiene la potestad de convocarlas y, por tanto, también de adelantarlas, parte del escenario favorable que arrojaron las generales en Galicia. No solo por el gran resultado obtenido por el PP, 13 diputados frente a los 10 que sacaron entre PSOE, Sumar y BNG, sino también por la perspectiva de un voto de izquierda dividido entre tres formaciones y por la incapacidad de Vox para penetrar en la sociedad gallega en el lado derecho del tablero.

Subido al carro del discurso de Génova contra los pactos de Pedro Sánchez, Rueda se ha encontrado con un problema en su carrera por revalidar la Xunta cuya magnitud es incierta. Gonzalo Pérez Jácome, el alcalde que aupó el propio PP en Ourense, anunció el pasado miércoles que Democracia Ourensana se presentará a las elecciones autonómicas con el objetivo de ser decisivo en la gobernabilidad, es decir, tener los diputados suficientes como para condicionar la presidencia del Gobierno gallego. Esa posición le permitiría negociar con todas las fuerzas inversiones para la provincia, lo que reforzaría más a DO en su feudo.

Una negociación con Baltar y otra con Paula Prado

El partido de Pérez Jácome se presentó a todas las elecciones autonómicas desde 2006 sin obtener representación. La vez que más cerca estuvo fue en 2016, cuando recolectó casi 7.700 papeletas. La única ocasión en la que faltó a la cita fue en 2020. En las municipales del año anterior, el regidor de Ourense llegó a un pacto con Manuel Baltar para conseguir la Alcaldía que implicaba su renuncia a presentarse a las autonómicas. El expresidente de la Deputación hizo un acuerdo más amplio con la intención de facilitar la gobernabilidad de la ciudad y asegurarse la estabilidad en la corporación provincial, donde había perdido por primera vez la mayoría absoluta.

El último pacto fue muy distinto. Se hizo contrarreloj y bajo la presión de las negociaciones que el alcalde ourensano mantenía con el PSOE. La secretaria de organización del PP, Paula Prado, cerró un documento que rubricó José Luis Gavilanes, alcalde de Xunqueira de Ambía, en un encuentro con Jácome en una cafetería próxima al Concello. Aunque la dirigente de los populares llegó a pedir como condición que Democracia Ourensana no se presentara a las autonómicas, Pérez Jácome no accedió y, desde luego, nada al respecto puso por escrito.

Tampoco en este caso fue un acuerdo amplio para la gobernabilidad, como prueba el voto en contra del PP a la propuesta de una modificación de crédito de 1,1 millones de euros en el pleno extraordinario del pasado miércoles. «Arrieros somos y en el camino nos encontraremos», replicó el alcalde, recordando que él también tiene la llave para tumbar las iniciativas de Luis Menor en la Deputación.

El frente amplio de Jácome

El último pacto se hizo con prisas, pensando en retener el asiento que había ocupado la familia Baltar desde los noventa y en la importancia que tenía para respaldar a Rueda y a Feijóo en futuras elecciones. El PP logró salvar el Gobierno provincial, pero no cerrar la puerta de entrada al Parlamento gallego a Democracia Ourensana. No solo a causa de la falta de tiempo, sino por la mejor posición que tenía Jácome para negociar, pues encabezó la lista más votada en la ciudad. Este es otro de los factores clave. Un apoyó similar al que cosechó en las municipales, 19.400 votos, podría traducirse en dos diputados en el Pazo do Hórreo.

El alcalde ourensano no aclaró si a las autonómicas se presentará con la marca habitual o en una plataforma provincial, en la que podría integrar a otros partidos independientes. «Nuestro objetivo es extender el espectro en toda la provincia y luchar por un número superior a esos dos diputados virtuales», dijo Jácome. Entre las alianzas posibles del regidor estaría Espazo Común, el partido impulsado por el ex secretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, o Celanova Decide, la formación del alcalde de la localidad ourensana, Antonio Puga.

Tampoco se conoce quien encabezará la candidatura, aunque hay quien apunta a que podría ser Susana Gómez, ex edil del Concello de Ourense y actual jefa del gabinete del alcalde, quien también ha incorporado como asesor al que fuera secretario de Organización de Ciudadanos en Galicia, Laureano Bermejo.

El vacío de poder del PP en Ourense

Democracia Ourensana es un partido transversal a la hora de captar votos. Puede atraer votantes de derecha e izquierda, especialmente en unas autonómicas en las que tendrá un discurso marcadamente localista. Sobre el papel, la entrada de la formación de Jácome en el Parlamento incluso podría beneficiar a Rueda, ya que ofrece una posibilidad de pacto en caso de que sea necesario.

Sin embargo, en el PP hay preocupación con la papeleta de Democracia Ourensana –o como se llame finalmente– debido a su propia situación interna. Cargos del partido en la provincia hablan abiertamente de vacío de poder tras la marcha de Manuel Baltar y Manuel Cabezas, y los más vehementes consideran que la formación se ha descosido en la urbe por dos factores: un mal planteamiento de las municipales y un control de las decisiones por parte de Santiago.

A ese tutelaje atribuyen tanto la llegada de Luis Menor a la presidencia de la Deputación, un hombre de confianza de Rueda, como la de Victoria Núñez, jefa territorial de Medio Ambiente, a la presidencia de la gestora. En esta decisión, señalan las mismas fuentes, habrían jugado un papel clave la conselleira de Emprego, Elena Rivo, y la ex delegada de la Xunta en Ourense, Marisol Díaz, además de Paula Prado. El caso es que en el proceso de reorganización, alegan, la formación local está desaparecida y sin referentes, lo que les hace ser pesimistas de cara a las autonómicas.

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