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La energía eléctrica en 2030

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Dicen que adivinar es difícil, y mucho mas cuando se trata del futuro. No obstante, entiendo que visualizar el futuro es una tarea necesaria para tomar decisiones en el presente, pues en otro caso, las tomará el azar por nosotros.

Tampoco se trata de mirar la “bola de cristal” sino por el contrario, de recoger datos, opiniones, tendencias, proyecciones, etc., que van a ir informando la visión.

Entiendo que, en lo referente a la energía eléctrica en los próximos años, lo que más ha de interesarnos es el precio, dado que tanto para los productores como para los consumidores –y aquí incluyo tanto los que utilizan la energía eléctrica como un servicio, como los que la utilizan como una materia prima– el poder anticipar la secuencia del precio tiene una importancia relevante.

Para ello, recurriendo a la economía clásica, vamos a analizar la oferta y la demanda y, a partir de ellas, estimar el precio. Por lo tanto, hay dos aspectos en los que creo que debemos incidir ¿cuál será la generación prevista es el futuro, en el año 2030? ¿Cómo se estructurará el consumo?

Vayamos por partes:

En cuanto a la generación, la actual del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC) ya publicado y que entrará en vigor, posiblemente en septiembre de 2023, ya establece como las distintas tecnologías suministrarán la energía eléctrica en el año 2030.

Los objetivos que persigue son:

  1. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 32% respecto a las emisiones del año 1990.
  2.  Que la energía renovable represente un 42% de la energía total consumida y un 81% sobre la generación eléctrica.
  3.  Que la dependencia energética sea del 51%, es decir, que 49% proceda de fuentes autóctonas frente al 27% de 2019.
  4.  Que la mejora de la eficiencia energética en términos de energía primaria sea del 42%.

¿Cuál es el mix de generación del año 2030?

Los aspectos principales en los que se basa el mix de generación PNIEC para el año 2030 y los valores actuales son:

Y en total pasar de los 115 GW actuales en generación y 6,4 en almacenamiento a 195 GW en generación y 18,5 almacenamiento.

Del cuadro anterior se pretende destacar:

  1. Una clara apuesta por el incremento de la potencia instalada en eólica y fotovoltaica, que serán las energías básicas en el mix energético.
  2. Mantenimiento de los ciclos combinados como generadores de emergencia.
  3. Cierre paulatino, es decir, cuando acabe su vida útil actual, de las centrales nucleares. Por tanto, sin ampliación de la vida útil actualmente vigente.
  4. Apuesta por el almacenamiento como energía eléctrica de respaldo.

Como se ve, en resumen, va dirigido a potenciar la reducción de emisiones, a garantizar el suministro, a reducir la dependencia exterior y a tener unos precios asequibles.

¿Cuál es la demanda prevista en 2030?

La demanda de energía final en el periodo 2019 – 2030 se irá reduciendo un 1,6% anual. Esta mejora se consigue por dos vías, una primera, por la aplicación de tecnología de eficiencia energética, incluidas en un catálogo de medidas de eficiencia energética en el uso final de la energía, que el propio documento refiere, así como de la mayor penetración de energías renovables que tienen mayor calidad energética que las que sustituyen.

Con ello también aumentará la intensidad energética, medida como el consumo de energía en relación con el Producto Interior Bruto, que con las previsiones de un incremento del PIB del 1,1% anual durante el periodo, dará como resultado una mejora anual de la intensidad de un 2,7% en cada año del periodo.

¿Y el precio en el periodo 2024-2030?

Recordemos que el mercado de la energía eléctrica está liberalizado, por lo tanto, tal y como establece la teoría económica, el precio dependerá de la relación entre la oferta y la demanda.

Consecuentemente podemos afirmar, con bastante probabilidad, que el precio de la energía va a ir bajando durante el periodo. Todos los estudios y mercados de futuros muestran esta tendencia.

Pero vayamos un poco más al detalle, para ello fijémonos en los PPA’s (Power Purchase Agreements) y en los contratos bilaterales, es decir, acuerdos productor-consumidor. Suelen contemplan periodos entre cinco y diez años.

En la actualidad están por debajo de los 60€/Mwh, y para entregas en 2030, en unos 45€/Mwh.

España es el país de Europa con expectativas de precios más bajos debido fundamentalmente a la capacidad de instalación de plantas fotovoltaicas.

 Con las anteriores premisas ,los precios que se barajan para el intervalo 2024-2030 son:

Año 2024 → 95€/Mwh

Año 2025 → 70€/Mwh

Año 2026 → 60€/Mwh

Año 2027 → 55€/Mwh

Año 2028 → 50€/Mwh

Año 2029 → 45€/Mwh

Y hay estudios que fijan que para el año 2033 el precio podría estar en unos 42€/Mwh, marcando records a la baja.

De todos modos, como señalé en un artículo publicado en Economía Digital Galicia en enero de 2023 y en el que aventuré un precio de la energía de 100€/Mwh para este año, valor que se esta prácticamente cumpliendo, voy a hacer mi propia propuesta, reforzada por la opinión de un amigo, experto en el área de energía y, que leyó el borrador y me indicó que debía ser más agresivo.

Mi propuesta de precios para los próximos años, que se darán en las transacciones comerciales, que cada día suponen mayor volumen de energía, por tanto, fuera de los precios que marque el mercado marginalista oficial, que irá siendo más residual; son:

Año 2023 → 70€/Mwh

Año 2024 → 50€/Mwh

Año 2025 → 40€/Mwh

Creo que, con esta perspectiva, tanto las empresas consumidoras de energía como los productores futuros y aquí incluyo a los que piensan en el autoconsumo, en el hidrógeno, en el almacenamiento, etc., deben estar atentos para ver si esta evolución propuesta se va plasmando en los próximos tiempos, para analizar la viabilidad de sus proyectos. 

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