Juego, set y partido
Las cosas cambian, y, últimamente, cada vez más deprisa. Ya ni Nadal está presente en Roland Garros y eso supone una oportunidad que, por supuesto, sabe aprovechar un siempre presente contrincante, Djokovic, aprestado a convertirse en el mejor jugador de la historia. Hay que estar y saber aprovechar las oportunidades. Alcaraz, mientras, acecha.
Tenemos mini nuevo Gobierno en Galicia con repercusión nacional. La guardia pretoriana de Feijóo vela armas. El general, que sabe que no juega solo, así como lo mucho que se juega, comienza los preparativos previos a la batalla. También sabe que, en los momentos anteriores al combate, obligado resulta contar con los fieles comandantes que lo rodeen con su confianza; premio a la lealtad. Máxima concentración frente a juego alterado.
Mientas, el enemigo lo fía todo a la táctica, sin estrategia, esperando el error del oponente para poder asestar un golpe maestro que, además, refuerce el asombro que siempre produce la audacia, ahora ya convertida en temeridad. El golpe de efecto, el desconcierto fruto de la pirueta improvisada, eso es lo que distingue a los héroes frente a los oficinistas de la guerra. Nada de un duelo largo; el rival tiene un flanco muy débil, el flanco derecho extremo, compuesto por mercenarios, incómodos combatientes acostumbrados al cuerpo a cuerpo, sin orientación, necesitados de orden y directrices.
Break point
El otro contendiente, sin ala izquierda que unir a su ejército, fía las bondades de su eficacia guerrera a los logros en gestión, en especial, al aumento del salario y de las pensiones, dos de las treinta monedas de Judas Tadeo, falsas todas ellas, con las que habitualmente nos compra Sánchez: el incremento del salario mínimo nos viene indicado por Europa a través de la Directiva (EU) 2022/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo del 19 de octubre de 2022, no lo decreta Sánchez; por otra parte, la elevación de las pensiones tiene un efecto recaudatorio inmediato, sobre todo en las jubilaciones que afectan desde hace ya algunos años a los llamados baby boomers, mucho más altas que las anteriores. Las monedas de Sánchez tienen siempre cara y cruz, cierto es, pero también son habitualmente de madera, esto es, suelen resultar falsas.
La segunda táctica a emplear resulta uno de los clásicos, el miedo al fascismo por la incorporación de mercenarios. El temor no deja de ser una demostración de que nuestra democracia es joven e inexperta, sea que sigue anclada en formatos del siglo diecinueve, ni tan siquiera del veinte. La alternancia es un síntoma de sanidad democrática y la alusión a las inconsistencias de las propuestas de los contrincantes lo que en realidad esconden son las propias. Como igual ocurre con los pactos para gobernar y los consiguientes gobiernos en coalición. Es lo que tiene jugar en Europa, sobre todo en tierra batida.
Tie break
Caso aparte es la gobernabilidad facilitada gracias a haber domeñado a las fuerzas irredentas procedentes de la izquierda radical. Bien, siendo justos, apliquémoslo también al Partido Popular, permitiéndole que haga lo igual incorporando a las fuerzas de la derecha ultramontana al redil demócrata. ¡Mira que si lo consiguen …!
La sociedad española está claramente más evolucionada que sus políticos
Poco importa que las veleidades y los coqueteos de Sánchez con una izquierda radicalizada por intereses personales hayan provocado que el electorado posible no se vea reflejado en las querencias por caducos regímenes sudamericanos envueltos en un verde oliva revolucionario, en vez de mirarse en la moderación democrática de nuestros hermanos europeos, tal es el caso de Portugal. El tactismo político se ha adueñado del modo de gobierno, inventando un partido a la izquierda de la izquierda, fagocitador de cantonalismos, que carece de ideario y de programa, meramente soportado en una efigie rubia de bote siempre sonriente. Entrar en su página web para verlos resulta imposible; no existen. Su lema es “nos queda todo por hacer”; no hay duda alguna, no. Una vez que Sánchez utilizó a Podemos, se deshace de ellos, sobre todo de incomodidades como Iglesias y señora. Vamos a ver cuánto le dura el nuevo juguete de la ambición rubia “Mi primera peluquería” de la señorita Pepis.
Match point
Tanto parece que la izquierda anda muy desnortada y dispersa, estando necesitada de una renovación, que el mismo Feijóo les ha ofrecido ayuda. Por ahora, Sumar aglutina a quince formaciones, que nunca lo hubieran hecho bajo la batuta del PSOE. Pero lo mismo que ocurre con las renovables, “Renovación sí, pero no así”, con un “ti vai facendo, que logo xa falaremos co pai da rapaza”; puro tacticismo muy propio de Sánchez.
Se han desatado los temores orientados a la supuesta incapacidad por parte de la derecha de desprenderse de ciertos arraigados tics impositivos. Pero, el votante español es más que consciente de los logros obtenidos por la democracia y no solo actúa votando. La sociedad española está claramente más evolucionada que sus políticos y ya íbamos caminando juntos antes de que llegase Olona, proponiendo no se sabe muy bien qué, salvo el viaje a ninguna parte.
Se atisba que acabe produciéndose una renovación, otra vez más, cataclísmica, del PSOE para después de las elecciones, inevitablemente; está en su ADN la convulsión y la reconstrucción, además del gusto por la purga. Pero, en esta ocasión, corre el riesgo de verse enredado en un cardado muy cercano que ya ha conseguido digerir a Podemos, quitándole así méritos a Isabel Díaz Ayuso; ahí es nada.
Demostrado queda que, para jugar al tenis, no hay que saber inglés; son sólo cuatro palabras técnicas.