Bimba y Lola, Adolfo Domínguez… La inflación castiga al textil gallego que no es Inditex
El 2022 será recordado como el año en el que la inflación se desbocó y llegó a alcanzar la tasa media más alta en 36 años (un 8,4%). En un contexto marcado por la escalada generalizada de los precios y el debilitamiento del consumo, Inditex cerró el ejercicio batiendo su propio récord de ventas y beneficios. El grupo de Amancio Ortega alcanzó unos ingresos de 32.569 millones, un 17,5% más que en 2021, y un crecimiento del beneficio neto del 27%. Sin embargo, otras empresas que vertebran el sector textil gallego sí que han experimentado los efectos de la inflación y vieron recortadas sus ganancias a pesar de haber incrementado las ventas.
Un ejemplo es Bimba y Lola, compañía de María y Uxía Domínguez –sobrinas de Adolfo Domínguez, que incrementó sus ventas un 4,3% en 2022 alcanzado los 225 millones aunque sus ganancias se redujeron un 26% con respecto al ejercicio anterior hasta los 11,6 millones.
Tal y como explicó la compañía, el 2022 estuvo marcado por “el importante esfuerzo inversor y por el impacto de la inflación en el conjunto de la operación”. En concreto, el grupo realizó la “inversión más alta” de su historia; aunque no ha trascendido la cifra de dichas inversiones si apuntaron que había sido un 28% superior a la del año anterior y que se habían destinado a la mejora de la red de establecimientos en España, así como a la expansión internacional en Asia, América y Europa y a la implantación de “proyectos críticos para maximizar el potencial de la marca a largo plazo”.
Adolfo Domínguez
El 2022 también fue el año en el que Adolfo Domínguez puso fin a su racha de número rojos tras cerrar el ejercicio fiscal con un beneficio neto de 159.000 euros frente a los 9,3 millones en pérdidas que se habían anotado el año anterior. La textil ourensana había acumulado números rojos en ejercicios anteriores que solo evitó en 2015 cuando ganó 7,98 millones gracias a las plusvalías generadas con la venta de un inmueble en Passeig de Gràcia por 45 millones.
“Este año estamos consolidando la recuperación. No fue un año fácil, con la salida del Covid y las alteraciones macroeconómicas que supusieron la guerra en Ucrania y la inflación. Navegar en estas dificultades no ha sido fácil, pero estamos confiados y cómodos en esta trayectoria ascendente que estamos teniendo”, expuso durante la presentación de resultados Adriana Domínguez, presidenta ejecutiva de la compañía.
En el primer trimestre del ejercicio en curso la compañía registró unas pérdidas netas por valor de 3,51 millones a pesar de que las ventas del grupo crecieron un 13,5% hasta situarse en 21,8 millones.
Este crecimiento en las ventas se produjo en todos los mercados en los que la firma ourensana tiene presencia. En Europa, con 167 establecimientos repartidos en cuatro países, la facturación aumentó un 6,1%, mientras que a nivel internacional, en términos generales, las ventas crecieron un 32,25% hasta mayo.
Otras compañías
Aún quedan por conocerse las cifras referentes al ejercicio pasado de otras firmas gallegas del sector. Es el caso de Roberto Verino que finalizó el ejercicio de 2021 con unas ventas de 28 millones, casi un 90% por encima de los números del año de la pandemia. Desde la compañía ourensana estimaban volver en 2022 a los niveles de venta prepandemia y registrar un crecimiento en los ingresos en torno al 40%.
Por su parte, la Sociedad Textil Lonia, compañía que opera con las marcas de Purificación García y Carolina Herrera, volvió a beneficios en 2021, anotando el mayor resultado hasta la fecha con 48,7 millones, todo ello a pesar de no haber conseguido recuperar las cifras de ventas anteriores a la pandemia. Según apuntaron desde la compañía, en los primeros meses del 2022 habrían notado una recuperación de los niveles previos al Covid-19 aunque ya advirtieron que “el conflicto bélico en Ucrania y la evolución de la economía (tensiones derivadas de la inflación, incremento de los tipos de interés, logística…) podrían ralentizar el crecimiento previsto”.
A la espera también están los resultados de Florentino, capitaneada por Tino Cacheda Pampín, que contabilizó en 2021 un patrimonio neto de 7,4 millones frente a los 8,3 del ejercicio anterior. La cifra de negocio descendió ligeramente de los 4,2 a los 4,1 millones de euros mientras el resultado neto, aunque en números rojos, se redujo de forma notable, desde los cuatro millones de pérdidas de 2020 al negativo de 1,8 millones.