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Ignacio Rivera viaja a sus orígenes: “Más que profesionalizar Hijos de Rivera, la familiarizamos”

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“En Dominicos me llamaban cervecero y me peleaba, fíjate tú. No sé qué tipo de complejo tenía, porque no hay cosa más bonita que esa profesión, aunque realmente yo soy más empresario que cervecero; No estoy al nivel de personas como mi abuelo”. Ignacio Rivera (A Coruña, 1965), presidente ejecutivo de Corporación Hijos de Rivera, echa la vista atrás para recordar su infancia y adolescencia, entre la ciudad herculina y Madrid, así como sus proyectos personales más allá de Estrella Galicia. Lo hizo este lunes en una charla con el artista coruñés Jesús Suárez dentro en el antiguo cine París.

El empresario se sometió a un cuestionario muy alejado de lo empresarial y centrado en su vida personal que, deja claro, en el fondo, es la que lo ha llevado al lugar que ahora mismo ocupa, como presidente de una compañía que el año pasado sumó 724 millones de euros en ventas. Rivera siempre ha sostenido que su grupo apuesta por A Coruña por una cuestión que va mucho más allá de lo empresarial –en una entrevista con ED Galicia indicaba que levantar en Sevilla la planta que ahora acomete en Morás le costaría a la compañía 30 millones menos anuales en logística, cosa que no se plantean–. En la charla de este lunes realizó un breve repaso a esa relación con la ciudad. “Nací en el sanatorio del Socorro de Ciudad Jardín. Jugábamos en la calle Martínez Salazar, donde el hospital Modelo, y podíamos hacer partidos de fútbol… Recuerdo que estuve mucho tiempo en casa, sin salir. Era una casa muy bonita aquella de Ciudad Jardín, la compraron mis abuelos y en ella viví muy feliz en mi infancia, pero mi padre murió cuando yo tenía ocho años”, relató. “Eso cambió mucho mi vida de niño. Cambia mucho pasar de una familia muy feliz, una vida muy envidiable, a una tragedia como la que supone que tu padre desaparezca de un día para otro de un accidente”, expuso.

A pesar del golpe en su niñez que supuso la pérdida de su padre, en la charla, Rivera hizo un recorrido por los lugares familiares de su infancia. La casa de Ciudad Jardín, la de Uxes donde se juntaban los mayores de la familia, las visitas de la familia de Madrid (de allí es su madre, Socorro) y los veranos en Mera…

«Lo primero que hacía los veranos al volver era ir a la playa a Riazor, a oler el mar»

Estudiante de Dominicos, en donde aprendió a jugar al hockey, a los 13 años partió hacia Madrid, en donde posteriormente realizaría sus estudios universitarios. “Me costó mucho adaptarme, los primeros años lo pasé muy mal y quería volver, tenía mucha morriña. Lo primero que hacía cuando venía era ir a la playa de Riazor a respirar el mar”, rememoró, para conceder no obstante a su paso por la ciudad la gran cantidad de amigos que hizo. “Era el Madrid de los ochenta, era muy divertido, aunque también era peligroso…”, apuntó.

Llegada a Hijos de Rivera

El desembarco de Rivera en el negocio familiar, la fábrica de cerveza, se precipitó tras otro acontecimiento trágico. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por Icade, en el tiempo en el que era un universitario tuvo que afrontar el fallecimiento en un accidente de moto de su hermano mayor Moncho, su “segundo padre”. “Perder a tu hermano… fue un palo muy duro. En la universidad me ayudaron mucho y logré acabar no sé cómo. La verdad que, a veces, miro para atrás y no sé cómo he llegado a donde estoy”, reflexionó. “El que entraba en la empresa era el mayor de cada rama familiar. Cuando te estás formando para tu futuro pero piensas que no vas a entrar en el grupo, pues acabas entrando…”.

Los primeros pasos en esa empresa familiar que no es otra que la Corporación Hijos de Rivera los dio en el terreno comercial y del marketing, donde empezó a apostar por las famosas campañas de publicidad que han acabado alargando la fama de Estrella Galicia. “Éramos un grupo de gente que empezamos a hacer salvajadas… la verdad que en vez de profesionalizar la compañía, la familiarizamos”, explicó con ironía. “Al principio éramos solo conocidos en A Coruña pero comenzamos a ganar esa batalla, la de que somos una empresa gallega. Íbamos a Vigo y pedían una turca, porque como era de Coruña, pero yo pensaba, bueno, por lo menos la piden…”. “Luego empezamos con la expansión. Yo tenía muchos amigos en Madrid y comencé a poner grifos. Era muy complicado. La gente decía al principio que era una cerveza agria, luego no acababan de quedarse con el nombre, nos confundían con Seguros La Estrella…” explicó.

Soy deportivista pero también disfruto mucho de este momento con el Rácing, que no es un proyecto contra nadie

La historia de los patrocinios

Aunque Rivera asegura que no siente especial predilección por la figura de Steve Jobs, recuerda siempre unas palabras del cofundador de Apple. “Las decisiones se toman uniendo los puntos y siempre mirando hacia atrás… Y es verdad. Cuando empezamos a patrocinar la Fórmula 1 no tenía mucho sentido, pero hoy sí que lo tiene. En aquel momento, cuando comenzamos, era una barbaridad meternos ahí, pero nos guiamos por nuestro instinto”, comentó.

“Soy muy fan de lo que hacemos… Estoy convencido de que lo que hacemos, lo hacemos de verdad. Las marcas no pueden ser huecas y, hoy en día, todo lo que decimos que vamos a hacer lo demostramos: somos auténticos y nos revestimos de autenticidad. Siempre nos ha gustado más patrocinar talentos y crecer con ellos. Mirad ahora, tenemos una oportunidad con Marc (refiriéndose a Márquez). Que si tiene el brazo mal, que no va a llegar… esto es lo que nos pone en lo de patrocinar”, dijo, para rememorar también, sobre sus patrocinados, la relación de la familia de Carlos Sainz Jr. con Estrella Galicia.

El abuelo de Carlos, Antonio, construyó nuestra fábrica”, dijo, para explicar que el apoyo de la cerveza al piloto de Fórmula 1 se selló en la cervecería de Cuatro Caminos. “Seguiremos siempre con Carlos como podamos, nos mantenemos vinculados a nuestra historia”, resolvió.

Deportivo

A respecto del apoyo de la compañía, Rivera mencionó al Deportivo de A Coruña así como su apuesta, a título personal, por el Rácing de Ferrol a través de la sociedad inversora Élite, en donde también participa Tino Fernández. “A veces hay voces que hablan como si yo hubiera hecho algo contra el Deportivo. Siempre lo hemos apoyado, antes de Lendoiro, con Lendoiro y después, hemos ido a ampliaciones de capital y siempre vamos a seguir apoyándolo plenamente, por eso a mí me duele, como persona, que se diga como que he traicionado al Deportivo. Soy deportivista pero también disfruto mucho de este momento con el Rácing, que no es un proyecto contra nadie”, manifestó.

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