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Horsal, referente de la huerta atlántica con más de tres décadas de trayectoria

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Pontevedra cuenta con una de las mayores organizaciones en el sector de la huerta atlántica. La Horsal Sociedad Corporativa está integrada por un total de 90 familias de diferentes zonas de Galicia, aunque con mayor presencia de la comarca de O Salnés, que se dedican a la producción y comercialización de hortalizas como pimientos de Padrón, judías, lechuga, repollo o grelos.

Desde Horsal trabajan combinando la tradición y el aprendizaje del buen trabajo «de los que nos precedieron» con innovadoras técnicas y estándares de calidad más reconocidos para, en todo momento, garantizar la satisfacción de los clientes, «tanto de las pequeñas tiendas locales como las mayores cadenas de distribución de alimentos de España».

«Dignificar» la horticultura

La cooperativa inició su andadura a finales de 1985. Un total de 16 agricultores apostaron por un proyecto para «dignificar» la horticultura como medio de vida y potenciar económica y socialmente la comarca pontevedresa de O Salnés. A lo largo de su recorrido han recibido en distintas ocasiones el reconocimiento institucional. 

En concreto, el proyecto de aplicación de la central histórica de Horsal y la ampliación de una línea de ensaladas de IV Gama fue apoyado por la UE a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER). Esta iniciativa se ejecutó con el objetivo de ampliar su gama de productos «con presentaciones que se adaptasen mejor a las necesidades y gustos del consumidor».

A nivel autonómico también han recibido reconocimiento. A través de una línea de subvenciones a las cooperativas agroganaderas, la Diputación de Pontevedra apoyó la «adquisición de una enmalladora automática» con una subvención concedida de 20.350 euros sobre un total subvencionable de 40.700.

Calidad como filosofía 

La cooperativa tiene en Cambados su planta de procesado y envasado que ocupa más de 4.000 metros cuadrados de superficie cubierta en los que se ubican una zona de recepción, dos cámaras de materia prima, una zona de manipulación y envasado, una cámara de producto terminado, el área de manipulación y envasado y los almacenes. 

Para garantizar que el producto llegue al cliente en todo momento en perfectas condiciones, desde la cooperativa procuran tenerlo el menor tiempo posible en las instalaciones y tratarlo con el mayor cuidado posible. 

Y es que la calidad es uno de los pilares fundamentales en la actividad de la cooperativa. Por ese motivo desde hace años trabajan con los socios en el seguimiento de los procedimientos a seguir tanto en cultivo, como en la fase de manipulación y envasado en la central. El primero de los protocolos implantado fue el ISO 9001:2000 –en el año 2005–, con el que se acredita, entre otros aspectos, que la compañía gestiona correctamente sus procesos y que es capaz de detectar y satisfacer las necesidades de sus clientes. 

No es la única certificación con la que cuentan. Desde el año 2015 forman parte de uno de los estándares con mayor reconocimiento a nivel internacional: Global GAP. Esta certificación garantiza el cumplimiento de unas directrices de calidad que cubren todo el proceso de vida del producto, desde la precosecha hasta que finalmente sale de explotación para entrar en el mercado. Con ella se «garantiza a productores, distribuidores y consumidores que se están usando técnicas de producción cuyo impacto sobre el medio ambiente es mínimo» así como el uso eficiente de los recursos naturales. 

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