Hidrógeno verde: Galicia debe acelerar
El hidrógeno verde es un vector energético que se produce a partir de energías renovables, como puede ser la fotovoltaica o la eólica, y, hasta la fecha, es una de las mejores soluciones para descarbonizar la industria –especialmente aquella de difícil electrificación– siempre y cuando se combine dentro de un mix energético.
Las energías verdes pueden generar sinergias operativas que faciliten la independencia energética de los territorios y contribuyan a la consecución de los objetivos de la agenda 2030. En el año 30 debemos haber reducido las emisiones un 50% con respecto a los años 90 y en 2050 necesitamos alcanzar las cero emisiones, si realmente queremos dejar de herencia a las futuras generaciones un planeta en el que poder vivir.
Aunque existe un amplio abanico de colores de hidrógeno, que se catalogan según su obtención, la Asociación Gallega del Hidrógeno (AGH2), que reúne a más de 50 entidades, trabaja para impulsar el hidrógeno verde, producido a partir de energías limpias mediante la electrólisis generada principalmente con energía eólica o solar.
En su combustión el hidrógeno verde no emite gases contaminantes, lo que lo convierte en un vector muy atractivo para los nuevos modelos energéticos que demanda el mundo. Además, se puede almacenar y transportar de manera sencilla, por lo que resulta una buena opción para sectores con dificultades para electrificarse, como son el transporte aéreo, la industria pesada o el transporte marítimo.
El hidrógeno renovable abre un gran abanico de oportunidades para la generación de empleo
Sin embargo, para que todo esto sea realmente una realidad, debemos acelerar el paso y desarrollar las infraestructuras. Galicia dispone de todo lo necesario para ser una potencial referencia en producción de hidrógeno. La comunidad cuenta con abundantes recursos hídricos, gran capacidad de generación de energía renovable (especialmente la eólica), una posición geográfica estratégica y un ecosistema empresarial e industrial sólido y con experiencia en el sector gasístico y energético. Además de ello, con la puesta en marcha de la Alianza Industrial Gallega del hidrógeno verde los avances serán más rápidos.
El hidrógeno verde tendrá un impacto significativo en la economía gallega. En primer lugar, gracias a la generación de empleo en toda la cadena de valor (fabricación de equipos, construcción de infraestructuras de almacenamiento y distribución, gestión y mantenimiento de sistemas de hidrógeno…).
También servirá como fuente de atracción de inversores, ya que empresas nacionales e internacionales podrían invertir en la construcción de plantas de hidrógeno verde, en investigación o en infraestructuras de almacenamiento y distribución que aportarían desarrollo a la zona.
Si Galicia se convierte en referente en la producción de hidrógeno verde, podrá aumentar sus exportaciones y favorecer el intercambio comercial con otras zonas de España y Europa. Así mismo, se promoverá la diversificación industrial, lo que reducirá la dependencia de la región de sectores más tradicionales y proporcionaría una mayor resiliencia económica abriendo nuevas oportunidades de negocio.
Pero uno de los grandes aportes a la economía es el desarrollo de capacidades técnicas y científicas relacionadas con el hidrógeno, lo que impulsaría la competitividad y la atracción de talento. Como se puede comprobar el aporte es alto, aunque el desafío también está a la altura de la recompensa.
