Fandicosta entra en preconcurso ahogada por la deuda

Fandicosta ha entrado en preconcurso de acreedores. La pesquera gallega arrastra problemas de deuda con sus proveedores, por lo que inicia el trámite judicial que le da tres meses de margen para negociar un plan de reestructuración con los acreedores. La compañía, según asegura, continúa operando normalmente, pero necesitaba abrir un periodo para refinanciar el pasivo.

Fandicosta fue una de las empresas que se barajó para quedarse con Pescanova en medio de la crisis de la pesquera, y también la que sufrió un grave incendio en 2016 que calcinó una de las mayores plantas de procesado de pescado de Galicia. La empresa está participada por la Xunta, que este miércoles defendió su viabilidad.

Fuentes de la Consellería de Economía han subrayado que el preconcurso es el paso «propio» para que la compañía encarrile su situación financiera. Además, señalaron que se trata de una empresa «viable» que tiene «oportunidad de salir adelante si hay voluntad por todas las partes». La opción de un preconcurso daría «seguridad jurídica» no solo a los actuales acreedores, sino también a cualquier otra operación que se pueda producir en el futuro. La Xunta no se ha querido pronunciar sobre la necesidad de una posible venta de Fandicosta, como se especuló en las últimas semanas.

Los trabajadores, en vilo

Los sindicatos han pedido a la conselleira de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana, una reunión para tratar la «situación real» de Fandicosta. En una carta dirigida a la titular de Industria de la Xunta, UGT, CIG y Comisiones Obreras explican que la información que traslada la compañía al comité no es «clara» y «aún menos tranquilizadora», lo que genera «intranquilidad e incertidumbre» a los trabajadores, sobre todo después de conocer que la mercantil está en venta y en preconcurso.

Tras recordar que la Xunta posee un 12,5% de las acciones de Fandicosta, los sindicatos han pedido una reunión «urgente» con Lorenzana para conocer de primera mano la situación de la firma, y así tener una «foto clara» del problema y de las soluciones posibles.