El dueño de Greenalia reordena y separa el negocio energético en plena fiebre de compras
La reordenación de Greenalia está en marcha. Y en un momento determinante en el sector energético, en pleno aluvión de proyectos y oleada de compras por parte de grandes grupos, utilities y fondos de inversión. Una vez consumada la opa que llevó a Greenalia a dejar de cotizar, Smarttia, que es la sociedad mayoritaria de Manuel García que ejerce el control del grupo energético presidido por el catedrático José María Castellano, ha procedido a realizar varias operaciones societarias en los últimos meses con el objetivo de reordenar su estructura.
Parte de los cambios en Smarttia, el grupo inversor de García, se consuman tras haber nombrado apoderado al Banco Santander, que se encuentra entre los grandes financiadores del grupo coruñés, y que, en concreto, pilotó como coordinador el préstamo senior de la planta de biomasa de Teixeiro. Fuentes cercanas a Greenalia explican que el rol del Santander como apoderado de Smarttia se deriva de los acuerdos y condiciones de financiación de la opa de exclusión del año pasado. En el horizonte a corto plazo no se contemplan operaciones corporativas, señalan las mismas fuentes, en un año en el que toca desarrollar proyectos, matizan.
La reordenación
Smarttia, que hasta la opa realizada el año pasado tenía algo más del 81% del capital de Greenalia, es la sociedad holding de Manuel García, CEO de la energética. La compañía procedió a incorporar como apoderado al Banco Santander el pasado mes de octubre, según consta en las anotaciones realizadas en el Registro Mercantil de A Coruña. Desde entonces, se han sucedido los movimientos corporativos. Actualmente, García controla el 94% de Greenalia a través de Smarttia y Castellano el 6% restante, según las mismas fuentes.
A finales de octubre, Smarttia procede a elevar a pública la fusión por absorción de tres de sus filiales, con negocios muy concretos: Smarttia Real Estate, Smarttia Private Equity y Smarttia Infraestructure son las sociedades absorbidas. También se produce a finales de diciembre una modificación estatutaria del objeto social de la compañía, ampliándolo y pasando a “toda clase de negocios relacionados con la adquisición, administración, participación, suscripción, tenencia, permuta, inversión y enajenación de valores mobiliarios nacionales y extranjeros, tanto de renta fija como de renta variable, todo tipo de préstamos y créditos, acciones y participaciones”.
De Greenalia a Smarttia
Este mismo año, en enero, Smarttia asume el control de determinadas filiales hasta ese momento en la órbita de Greenalia, también según los apuntes del Registro Mercantil. Es así como Greenalia Logistics, pieza básica en la estructura empresarial, cambia de administrador único, pasando de Greenalia a Smarttia. También se realizan ampliaciones de capital en otras filiales, caso de Greenalia Woodchips. Smarttia también es la sociedad inversora con la que el dueño de Greenalia participa en el proyecto de la portuguesa Altri, en Palas de Rei, otra señal inequívoca de la separación del negocio energético del resto de actividades, desde la forestal a la inmobiliaria.
Las acciones de Greenalia dejaron de cotizar en el BME Growth el año pasado tras una opa de exclusión. En mayo, García y Castellano presentaron una oferta por un importe de 17,5 euros por acción en efectivo para hacerse con el 13,59% de la compañía que no controlan, lo que valoraba el grupo de renovables en 388 millones de euros.
El servicio de la deuda
Del total de deuda bancaria de la energética, que sumaba 192 millones al cierre del primer semestre del año pasado, unos 100 millones estaban suscritos a corto plazo, es decir, vencían en menos de un año. La compañía se vio obligada a reclasificar parte de la deuda a corto al entrar en causa de resolución anticipada el préstamo senior de la planta de Teixeiro (125 millones) al romper con Acciona, que realizó la puesta en marcha de la planta a través de un proyecto llave en mano que ahora se encuentra pendiente de arbitraje. El crédito estaba coordinado por el Santander, que también participó en la financiación.
Entre los próximos vencimientos a los que tiene que hacer frente Greenalia se encuentra un crédito de 40 millones de euros que expira a principios de octubre. El prestamista también es el Santander, que concedió a Greenalia ese importe para refinanciar la deuda contraída por la planta de Curtis, para continuar financiando los costes de desarrollo del proyecto. Greenalia explica en las cuentas semestrales que existe posibilidad de renovación “bajo cumplimiento de ciertas condiciones”.