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¿Dos contra dos el 23-J? Sí!

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Dos bloques ideológicos compuestos por dos formaciones políticas cada uno. Un bloque electoral, el de la izquierda, formado por Sumar, que agrupa al conglomerado de diversas organizaciones de la extrema izquierda; y el PSOE, que representa a la izquierda de siempre en España. Y un segundo bloque electoral formado por el Partido Popular, que representa el centro-derecha moderado, y un segundo partido, Vox, que aglutina el voto de la derecha sin paliativos y sin complejos.

A priori, ninguna de las cuatro formaciones políticas que los componen tendrán mayoría absoluta por sí misma. Así que el PSOE dependerá de Sumar para intentar conseguirla. Y el Partido Popular, de Vox, para intentar conseguir también la ansiada mayoría.

El Congreso de los Diputados está conformado por 350 disputados y cualquier partido que aspire a gobernar con mayoría absoluta deberá obtener 176 escaños en los comicios del 23-J. Por lo tanto, no se podría hablar de un bipartidismo total y absoluto focalizado en únicamente dos partidos, que serían PP y PSOE, sino, bajo mi opinión, de dos bloques ideológicos compuesto por cuatro partidos políticos –con sus notables y evidentes diferencias– que se van confrontar electoralmente.

Con la desaparición de los llamados nuevos partidos que iban regenerar la política en España, Ciudadanos y Unidas Podemos -devorados por descomunales errores estratégicos y por exacerbados personalismos populistas- el escenario político actual, que he intentado sintetizar, encaja perfectamente con nuestra historia política e ideológica como país. La reciente y la anterior. ¡Qué poco hemos avanzado en todo un siglo en las políticas de trincheras de unos y otros!

La sociedad española está cansada de aquellos que siembran odio y enfrentamiento. Está hastiada de vividores de lo público, está harta de que la engañen y le mientan constantemente. Por esto me atrevo a decir que la abstención será menor que en las últimas elecciones generales, aunque sea segunda quincena de julio y en pleno puente festivo de Santiago Apóstol.

Desde mi criterio, debido las enormes ganas de cambio de una amplia mayoría de los votantes en todos los tramos de edad, como ya se comprobó en las elecciones municipales y autonómicas del reciente 28 de mayo.

La sensación es que el bloque electoral del centro derecha español está deseoso de votar en urna. Está motivado, hipermovilizado, y expoleado por un libertinaje destructivo practicado en esta legislatura por un gobierno bipartito que ha destrozado la convivencia, la seguridad, la credibilidad y el respeto a las instituciones de este país y de quienes dicen representarlas.

El otro bloque ideológico, el de la izquierda y la izquierda radical, está desmotivado, sin discurso, con referentes que no acaban de cuajar y que son una incógnita, como Yolanda Díaz. Lo que únicamente ven es cómo los hasta ahora líderes políticos se despellejan entre sí por seguir conservando un poder efímero y un status económico y social, una humillante y vergonzosa evidencia ante su potencial electorado, el cual, me atrevo a decir, les dará la espalda ese día por el lamentable espectáculo ofrecido todo este tiempo. Lo iremos viendo y analizando.

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