El BNG enfría los bipartitos con el PSOE y fijará las líneas rojas para los pactos el sábado
El BNG reunirá el próximo sábado al Consello Nacional para fijar las directrices generales que regirán las negociaciones para sus pactos con el PSOE en aquellos ayuntamientos que requieren de una alianza entre las dos formaciones para gobernar. En las ciudades de A Coruña, Santiago, Pontevedra y Lugo serán estos pactos los que decidan el próximo regidor. Si nada se tuerce, Inés Rey, Lara Méndez y Miguel Anxo Fernández Lores continuarán al frente de sus respectivos consistorios, mientras que Goretti Sanmartín se convertirá en la alcaldesa de Santiago. Demasiado poder en juego como para no ponerse de acuerdo.
Lo que no está tan claro es que los pactos vayan a implicar la conformación de bipartitos en algunos de estos territorios. Francisco Jorquera, el candidato nacionalista a la alcaldía de A Coruña, aclaró este martes que el objetivo del BNG no es «entrar en el gobierno» sino «ser gobierno», y que queda mucho por negociar sobre el programa político para la ciudad antes de decidir si entran en la corporación. Fuentes del BNG de la ciudad herculina explican que seis de cada diez coruñeses no han avalado la gestión del último mandato, lo que implica que son necesarios cambios en la acción de gobierno que deben negociarse. En todo caso, están comprometidos con facilitar la investidura de Inés Rey con la alianza de las fuerzas que se «entienden a sí mismas como progresistas».
No son horas para esos debates
En una época de urgencias y carrusel de elecciones, el partido de Ana Pontón no tiene prisa. Deja en un segundo plano la conformación de bipartitos y quiere centrarse primero en las líneas estratégicas del programa. «Solo han pasado dos días desde las elecciones», dicen en la dirección nacional del bloque, donde esperan a la reunión del sábado para definir su estrategia negociadora. «Por supuesto que vamos a analizar y pensar mucho si entramos en cualquier Gobierno», aseveran.
Otras fuentes de los partidos indican que, tras un fuerte crecimiento en las municipales, donde la formación nacionalista logró 54.000 votos más que hace cuatro años, todo apunta a que la entrada en los gobiernos municipales los colocaría en una mejor posición de cara a las elecciones autonómicas del próximo año. Sin embargo, analizarán cada caso. En Lugo parece difícil que no se repita el bipartito, donde la alianza de Lara Méndez y Rubén Arroxo funcionó bien. A Coruña, donde el propio PSOE tuvo refriegas internas, genera más desconfianza.
Culleredo está en el aire
La dinámica de alianzas tiene una excepción en Culleredo, donde el BNG local ha manifestado que no hay posibilidad de acuerdo alguno con el alcalde en funciones José Ramón Riobóo, que fue la lista más votada pero perdió la mayoría absoluta. El candidato nacionalista, Tono Chouciño, dijo que son dos fuerzas incompatibles en el municipio y que él mismo llevó a la Fiscalía varias actuaciones del Gobierno socialista durante el pasado mandato.
El PSOE replicó que el BNG debe anteponer el «interés general» a las «relaciones personales» y mostró su disposición a negociar. «Lo que no se puede admitir es que se utilice una inexistente situación judicial como excusa para no llegar a un acuerdo para la gobernabilidad del Ayuntamiento», dijo Juan Carreira, secretario de Organización del PSOE de Culleredo.
Esperando movimientos en Ourense
El escenario más peliagudo es Ourense, donde el BNG está a la espera de movimientos ya que entiende que no le corresponde tomar iniciativa alguna en la ciudad, donde son la cuarta fuerza más votada. Aunque existe la posibilidad de un pacto a tres bandas con PP y PSOE para evitar la alcaldía de Gonzalo Pérez Jácome, los nacionalistas esperan algún movimiento de Manuel Baltar, ya que entienden que va a haber una relación entre lo que suceda en la diputación, donde el barón ourensano no tiene mayoría absoluta, y la elección de alcalde en la cidade das Burgas.