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Así es Roberto Cibeira, el ‘escolta’ de Amancio Ortega y José Arnau en Pontegadea

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«Amancio Ortega y José Arnau están encantados con él y así lo manifiestan muchas veces. Además de gestionar un grupo que tiene envergadura para estar en el Ibex, posee el perfil que les gusta en la casa. Es muy próximo, sin estridencias, de la línea que ahora han buscado en Inditex con Óscar García Maceiras«. Así definen fuentes empresariales relacionadas con la primera textil del mundo por capitalización bursátil a Roberto Cibeira, CEO de Pontegadea, el holding del hombre más rico de España.

Con la discreción que caracteriza a todos los altos cargos que orbitan en el universo Inditex, poco se sabe sobre un ejecutivo cuya trayectoria se ha disparado en la última década como encargado de gestionar el patrimonio de la familia Ortega. Los números del grupo son estratosféricos. Con unos ingresos anuales que rondan los 2.000 millones de euros –la gran mayoría procedentes de los dividendos que le aporta la posición del padre de Marta Ortega como primer accionista de la matriz de Zara, con un 60% del capital–, desde Pontegadea, Cibeira pilota las inversiones del multimillonario en el terreno energético (de Enagás a Red Eléctrica o Repsol) y una cartera inmobiliaria que en su última tasación sobrepasaba rozaba los 15.300 millones de euros, sorpassando a las grandes socimis del país, de Merlin Properties a Colonial. Desde entonces hasta ahora, además, ha realizado compras por valor de 2.700 millones de euros.

Casi dos décadas en Pontegadea

Casi en la cincuentena y natural de O Carballiño (Ourense), este licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidade de Santiago de Compostela inició su carrera profesional en Arthur Andersen, como otros históricos de Inditex, desde el ya ex consejero delegado Pablo Crespo, a Borja de la Cierva, quien fue director financiero en la etapa de expansión del grupo con José María Castellano, o Antonio Rubio. Director de la oficina de la consultora en A Coruña, desempeñó labores de auditoría para el sector financiero y de asesoramiento en instrumentos de deuda en mercados internacionales. Fue en 2003, hace casi 20 años, cuando, reclutado por José Arnau, vicepresidente de Pontegadea y de Inditex, el gran hombre de confianza de la familia Ortega, recaló en el holding empresarial, un puesto que, a su vez, lo llevó a ocupar sillones en distintas participadas.

Entre 2010 y 2013, por ejemplo, fue miembro del consejo de administración de NH Hoteles, donde sustituyó al lucense Julio César Díaz-Freijó Cerecedo hasta que en 2014 Pontegadea se deshizo del paquete accionarial que retenía. Esta semana, sin ir más lejos, Cibeira ha vuelto a desembarcar en otra compañía de relumbrón a través de Pontegadea. El ejecutivo se ha hecho con un asiento en el máximo órgano de dirección de Telxius, después de que Pontel, el vehículo conjunto de Amancio Ortega y Telefónica, se convirtiese en administrador único de la empresa de infraestructuras de telecomunicaciones tras hacerse con las acciones de KKR en una operación que se elevó hasta los 215 millones de euros.

De la Fundación Amancio Ortega al ladrillo

Tras casi dos décadas de servicio, fuentes empresariales consultadas por Economía Digital Galicia tienen claro que a Cibeira le queda aún “un gran recorrido” por delante en el imperio de Ortega. Miembro ya del núcleo duro de la familia, en plena pandemia desembarcó en el patronato de la Fundación Amancio Ortega, cuyas cabezas visibles son Flora Pérez Marcote, mujer de Amancio, y, de nuevo, José Arnau.

No es habitual que Cibeira haga declaraciones públicas en calidad de CEO de Inditex. No obstante, este mismo mes, el ejecutivo participó en una jornada inmobiliaria organizada por IESE, Tinsa y Savills en la que habló alto y claro. Allí, abrió la puerta a que Pontegadea, en un futuro, llegue a hacerse con una socimi y reconoció que, en lo que a ladrillo se refiere, el holding del empresario ha efectuado compras de pequeño tamaño en España frente a las grandes adquisiciones en Estados Unidos por varios factores. Primero, por la competencia de Merlin y Colonial y, segundo, “porque los precios de los activos no eran del todo atractivos”. Así, avanzó que, si se produce “un ajuste de precios” en el territorio, la división inmobiliaria se pondrá manos a la obra. “Miraremos, aunque siempre miramos cosas, y si encontramos algo que reúna nuestros criterios invertiremos en España, en donde nos gustaría haber invertido mucho más”, expuso.

De la empresa al baloncesto

En la figura de Cibeira, no obstante, existe una dualidad. Con la discreción en su adn empresarial – personas que han trabajado con él en este sector indican que se muestra “reservado”–, en los últimos años ha adquirido cierta relevancia social en A Coruña. Curiosamente, no ha sido por su papel en Pontegadea, sino porque en 2018 aterrizó en la presidencia del Básquet Coruña, el equipo de baloncesto de la ciudad. “Cuando llegó había expectación por dónde venía. Al conocerlo, me llamó la atención su sencillez en el trato, al contrario de lo que se le podía presuponer a un ejecutivo de su nivel”, comenta una fuente de la administración local. En la misma línea, otras voces del ámbito deportivo indican que “se notó mucho su llegada, porque apostó por cuadrar los números y por profesionalizar la sociedad. En la actualidad, es una de las mejores directivas que hay”.

El ejecutivo conformó una junta directiva en la que también figuran otros dos miembros del imperio Inditex. Se trata de Enrique Muñoz Lagarón, que ocupa el cargo de secretario, y Fernando Rey Figueiras, que ejerce de tesorero. El primero pertenece al equipo jurídico de la textil y figura como apoderado en múltiples sociedades vinculadas a la misma. El segundo es director financiero de Goa Invest, la constructora de la multinacional.

Apasionado del baloncesto (igual, dicen, que el propio Arnau) a Cibeira la pasión por el deporte le llegó a través del COB de Ourense. «En los años de Crujeiras y Modrego, en los que el equipo estaba en primera, que luego subió a ACB, era muy aficionado de una grada que estaba justo tras una canasta. De ahí le vino la locura del básquet luego», explica un periodista deportivo.

En 2020, en una tertulia radiofónica, Cibeira fue más allá e indicó que la afición comenzó viendo en la televisión en blanco y negro los partidos del Real Madrid en Europa y, posteriormente, la Olimpiada de 1984 y, de ahí, a tirar canastas en O Carballiño. Los inicios de quien hoy en presidente del Básquet Coruña y escolta de la fortuna de Amancio Ortega.

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