Armengol da vía libre al gallego, el catalán y el euskera en el Congreso
Francina Armengol, nueva presidenta del Congreso, ha anunciado que permitirá el uso del gallego, el catalán y el euskera en la Cámara Baja. De esta forma, los socialistas cumplen con una de las condiciones que habían puesto formaciones independentistas como ERC y Junts para ofrecer el apoyo a la candidata del PSOE.
Sus primeras palabras como tercera autoridad del Estado ya habían sido para dar las gracias a sus señorías utilizando estas tres lenguas cooficiales y, después de la ceremonia de acatamiento de la Constitución, ha explicitado claramente su compromiso con el anuncio de que permitirá su uso desde la misma sesión constitutiva.
«Desde el respeto caben y se pueden defender todas las ideas, aceptar sin reparos la pluralidad de pensamientos e identidades que conviven en nuestro país nos enriquece», ha defendido para subrayar a renglón seguido que la Cámara está «obligada» a «reflejar esta pluralidad» para «acercarse mucho más a la España real», que es «diversa» y «está llena de colores y cargada de matices».
«Para avanzar en este camino, quiero manifestar mi compromiso con el castellano, el catalán, el euskera y el gallego, y la riqueza lingüística que suponen», ha aseverado antes de animar a todas sus señorías a «defender la democracia parlamentaria» y a «preservar y respetar la diversidad» que convive en el país y que las urnas «han llevado» hasta la Cámara Baja.
Evitar “tensiones gratuitas y enfrentamientos estériles”
Armengol ha llamado a defender los valores democráticos y ha destacado que, «pese a todo», la XV Legislatura ha echado a andar «en la más absoluta normalidad». «La normalidad de acatar las normas, que dan la serenidad necesaria a la ciudadanía de que nuestras instituciones democráticas funcionan. La normalidad de asumir los resultados y, con la constitución de esta Cámara, reconocernos entre todos como iguales, representantes de la voluntad popular», ha apostillado.
Además, ha tirado de una cita del también mallorquín y socialista Félix Pons, que presidió el Congreso durante diez años, para animar a sus señorías a «conseguir la máxima proximidad de las instituciones a los ciudadanos» y a que éstos vean la política como «la herramienta más potente para transformar la sociedad» y «mejorar sus vidas».
«Se trata de evitar trasladar tensiones gratuitas y enfrentamientos estériles que solo contribuyen a dividir. Y, en su lugar, contribuir al progreso de nuestra sociedad a partir del debate y del acuerdo. Se trata de sumar. De practicar el diálogo. De hablar, falar, hitz egin, de parlar. Y de hacerlo para avanzar. Porque España siempre avanza cuando se reconoce en su pluralidad y diversidad», ha aseverado Armengol.
Respetar las ideas sin odio ni insultos
A su juicio, ahora se da la oportunidad de «demostrar que la pluralidad de nuestro país es nuestra gran riqueza» y para ello hay que «abandonar los miedos, huir de las divisiones, escapar deposiciones uniformes que nos empobrecen, y asumir que esta es la España real y que es mejor y que es desde el debate y el diálogo desde donde toda esta riqueza brilla».
En este contexto, ha pedido respetar siempre «las ideas del otro, sin odio, sin insultos». «Les invito a construir, entre todos, los espacios para que esta España real se vea representada en esta cámara. Que esta España real se conozca y se reconozca mejor desde la escucha y el diálogo. Que los pueblos se entiendan. Y que la diversidad, los credos, las razas, las identidades no sean barreras», ha agregado.
Armengol ha arrancado su discurso mostrando su solidaridad con los afectados por el incendio de Tenerife, alertando de que «las democracias están sufriendo la erosión de fuerzas que quieren acabar con ellas desde dentro», pidiendo medidas ante la «emergencia climática» y conjurándose contra la violencia machista.
«La peor lacra de nuestra democracia es que las mujeres somos maltratadas y asesinadas por el simple hecho de ser mujeres», ha dicho, recordando la «insoportable cifra» de 35 asesinadas en lo que va de año y fijándose como «primer compromiso» como presidenta del Congreso «trabajar sin descanso» para acabar con la violencia contra las mujeres.