Alcoa encara un año clave para San Cibrao tras perder más de 100 millones por la crisis energética
El complejo de Alcoa en San Cibrao afronta un año clave. Es el ejercicio previo a la reactivación, pactada con los sindicatos de la factoría de aluminio primario, que inicio un proceso de hibernación a finales de 2022 debido a su ingente factura eléctrica. Además, continúa la incógnita sobre cuándo podrá la planta de Alúmina retomar sus niveles de producción, recortados el pasado verano a la mitad debido a la subida de los precios de gas natural que la alimenta. En este escenario, a última hora de la noche del miércoles, hora española, el gigante con sede en Pittsburgh presentó sus resultados anuales en los que, de nuevo, a nivel global, cayó en números rojos.
Tras la recuperación experimentada en 2021 debido principalmente al alza de los precios del aluminio –cerró ese ejercicio con un beneficio neto de 429 millones de dólares-, el grupo presidido por Roy Harvey finalizó 2022 con unas pérdidas de 102 millones de dólares.
El presidente de la multinacional ha indicado que a lo largo del pasado ejercicio “las turbulencias globales influyeron negativamente en los costes de las materias primas y la energía y vimos una variación significativa en el precio de los productos entre la primera y la segunda mitad del año”. “Comenzamos 2023 con un conjunto claro de prioridades, sobre la base del trabajo estratégico que hemos llevado a cabo estos últimos años que ha proporcionado un sólido balance”, ha explicado.
Más de 1.100 millones en pérdidas desde julio
Esta presión en la estructura de costes queda patente en su cuenta de resultados. No en vano, la compañía ha regresado a números rojos pese a cosechar su mayor facturación desde el estallido de la crisis del Covid-19. Y es que Alcoa dio carpetazo a su ejercicio fiscal 2022 con una cifra de negocios de 12.451 millones de dólares (frente a los 12.152 millones del año anterior) sin que esta dinámica haya sido suficiente para esquivar las pérdidas.
En su presentación de resultados, la compañía matiza que su resultado neto ajustado arrojaría un resultado positivo de 890 millones de dólares (frente a los 1.297 millones del ejercicio anterior). En esta rúbrica no se incluyen los gastos por valor de 696 millones de dólares en reestructuración. La mayor cantidad (631 millones) se corresponden a liquidaciones de planes de pensiones de empleados y directivos.
De esta forma, la crisis por la escalada de los precios a nivel global y el frenazo en el precio del aluminio (en marzo se disparó hasta los 3.700 dólares la tonelada, mientras que ahora ronda los 2.600) han frenado a Alcoa en el segundo semestre del año. Tanto es así que la multinacional se ha anotado pérdidas por valor de 1.120 millones de dólares desde el pasado mes de julio, un periodo que ha estado marcado por la activación de una ola de recortes en fábricas de aluminio. Entre ellas, las norteamericanas de Intalco y Warrick, la noruega de Lista, la australiana de Portland y las brasileñas de Poços de Caldas y São Luís (esta última dedicada a la producción de alúmina).
A vueltas con San Cibrao
Estas medidas de ajuste se suman a las aplicadas en San Cibrao. La factoría de alúmina opera a media capacidad desde verano mientras que la de aluminio ha arrancado ahora su segundo año de parón con la incógnita de saber cómo será su reinicio. La dirección de la compañía mantiene una nueva ronda de reuniones con los sindicatos para modificar los términos del acuerdo para el reinicio de las instalaciones en enero de 2024.
Alcoa afronta esta ronda de negociaciones en pleno vuelco en su cúpula tras haber cesado al director de operaciones de la planta de aluminio de San Cibrao, Manuel Fernández, nueve meses después de su fichaje, así como al jefe de recursos humanos y el controlador económico de la planta. También la dirección a nivel estatal ha sufrido un cambio, toda vez que Miguel López-Quesada, exdirector de comunicación de Gestamp, ha reemplazado a Álvaro Dorado como presidente de Alcoa España después de que este fuese ascendido a la vicepresidencia de energía del grupo a nivel mundial.
Dirección y sindicatos abordan esta tanda de negociaciones después de que la firma estadounidense desvelase que la factura de las inversiones para la modernización de la factoría prácticamente se doblará como consecuencia de la inflación. En concreto, Alcoa calculó que los sobrecostes ascenderían a 88 millones de euros respecto a un presupuesto inicial de 103 millones de euros y que el horno de cocción no llegará a tiempo para el 1 de enero.