Los problemas para valorar Vodafone España alejan el fantasma de su venta

El operador rojo ha conseguido, de manera relativamente involuntaria, que su potencial proceso de venta esté en el dique seco; algo que beneficia a sus objetivos

Mário Vaz, nuevo CEO de Vodafone España

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A mediados de mayo, la máxima responsable del Grupo Vodafone, Margherita Della Valle, ponía en el disparadero la división española. Aseguraba ante los mercados que el operador rojo estaba abierto a cambios estructurales en España. Eso, sin más aclaraciones, suponía cualquier tipo de movimiento corporativo. Y así se recibió. 

En esos momentos, Vodafone España ya parecía estar ‘en venta’. Según trascendió a través de Bloomberg, la compañía habría estado escuchando ofertas. La valoración que hacía pública la agencia de noticias se situaba en torno a los 3.700 M€. Aunque no había muchas más consideraciones. No se conocía, por ejemplo, si eso asumía la deuda; o se contaba con la infraestructura compartidas con otros operadores. Nada más. 

Desde entonces, Vodafone ha iniciado una importante estrategia de visibilidad de su actividad en España. Asimismo, ha incorporado a un veterano del sector como Federico Colom para dar algunos retoques en el área comercial. Pero lo que realmente ha beneficiado a la compañía, tal y como ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del mercado, es que los fondos interesados en la compañía no saben muy bien cómo valorar los activos

Es decir, en estos momentos existen ciertas dudas en el ámbito financiero sobre qué valor dar realmente a Vodafone. Una situación que, por el momento, habría aplacado los ánimos corporativos. Algo, además, que se ve ampliado por las dudas que genera la fusión de Orange y MásMóvil y cómo quedará el mercado posteriormente. 

De hecho, que Vodafone no quiera quedarse al margen, tal y como ha avanzado este medio, también es algo que impacta en su potencial valoración y el alcance real que tiene en estos momentos la compañía.    

Vodafone y su HFC 

El nudo gordiano sobre la valoración de Vodafone España se centra en su infraestructura fija. En concreto, en esos 7 millones de accesos que tiene de cable (HFC) tras la compra de Ono. De hecho, la ecuación es tan compleja que en el último año ha habido valoraciones muy raras en torno a las redes del operador rojo. 

En cuanto a su cobertura móvil, Vodafone siempre ha llevado por bandera la calidad de sus redes, y el despliegue de la nueva tecnología ultrarrápida 5G está en consonancia con el resto de competidores. 

Por otra parte, la relación de Vodafone con la administración también ha alcanzado un alto grado de capilaridad, y muchos de sus contratos son a largo plazo (al menos el máximo que se puede tener con las entidades públicas). Esto supone otro hándicap a la hora de realizar las valoraciones de la compañía. 

Pero, por encima de todo, está la mencionada valoración de su infraestructura fija. Según ha consultado ECONOMÍA DIGITAL con expertos del sector, hay un doble sentimiento. Por un lado, lo que es la tecnología, es cierto que en estos momentos tiene la guerra perdida con la fibra (FTTH), sobre todo con el paso de los años. 

Sin embargo, otras fuentes señalan que la parte fija de obra, los conductos y aspectos relacionados con los elementos técnicos, ya son un importante valor en sí mismo. Por tanto, eso puede ser atractivo como inversión para lugar meter fibra. 

Bajo este contexto, y tal y como ha publicado ECONOMÍA DIGITAL, Vodafone parece haber encontrado algunos puntos de palanca para agarrarse al mercado español.

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