Sin rastro de la emergencia: los hipotecados ignoran las ayudas de Calviño y la banca

Las medidas de alivio que el Gobierno aprobó con prisas y presiones a la banca para que se adhiriera no impactan aun en los hipotecados

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El sector financiero se ha ido adherido, de forma mayoritaria, al nuevo código de buenas prácticas para aliviar la carga de las hipotecas en los hogares más vulnerables que se aprobó entre prisas de última hora después de intensas negociaciones con el sector, pero cuyo texto final acabó escribiendo solo el ministerio de Economía. Las estimaciones del Gobierno señalan que un millón de hogares pueden beneficiarse de ellos. En la práctica, fuentes financieras apuntan que todavía no se están notando las peticiones por parte de las familias.  

Por el momento, se está generando poco movimiento en las peticiones de los hogares para reestructurar sus deudas, según explican varias fuentes financieras. Hay que tener en cuenta que las hipotecas se revisan anualmente, por lo que, aunque el euríbor empezó a repuntar antes del verano, las subidas más importantes no se produjeron hasta el otoño.  

Previsiblemente, y todo dependerá también de la situación macroeconómica junto con la evolución del empleo, en el caso de que las familias necesiten reestructurar el préstamo hipotecario podría ser más avanzado el año cuando se notaran mayores movimientos. A pesar de esto, con los datos actuales, no se esperan grandes movimientos, aunque las entidades consideran que es positivo contar con una herramienta que pueda ser utilizada.

A finales de noviembre, el Gobierno aprobó en consejo de ministros una serie de medidas para tratar de paliar el impacto que la subida de tipos de interés en los hogares más vulnerables. Tras semanas de intensas negociaciones con las patronales bancarias para tratar de aprobar un acuerdo que estableciera medidas concretas para mitigar el peso de la subida de los tipos en las cuotas hipotecarias, el ministerio de Economía solucionó el texto final en solitario y envió una nota de prensa la noche previa al consejo de ministros donde quería aprobarlo.

Economía avanzó en un comunicado a las 23:00 que llevaría al día siguiente al consejo de ministros el paquete de medidas. En el texto, se entreveían visos de un acuerdo con la banca, pero sin haber llegado a un documento pactado al 100% con las entidades.

«A falta de cerrar los últimos detalles con las patronales bancarias, mañana se aprobará en Consejo de Ministros un paquete normativo que permitirá aliviar la situación financiera de las familias vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad por la subida de los tipos de interés», apuntaba la nota publicada.

En este sentido, aunque las posiciones estaban cerca en las negociaciones, no se había consensuado un documento común, sino que se habían ido incorporando los detalles que se habían ido pactando con los bancos en las reuniones previas y este fue el texto que se acabó llevando al consejo de ministros. Tras aprobarse el texto, no había posibilidad de tocarlo y ese fue el que los bancos han ido firmando para ir sumándose poco a poco.

Tras una serie de negociaciones con las patronales de las entidades, el texto final aprobado en el Consejo de ministros recogía que podrían beneficiarse de las nuevas medidas aquellos hogares con renta inferior a tres veces y media el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), es decir, unos 29.400 euros anuales, y que hubieran registrado un reciente incremento de la carga hipotecaria de al menos el 30%.  

En los casos que se cumplan estas condiciones, las entidades que se han adherido al código de buenas prácticas tendrán que ofrecer una extensión del plazo de amortización de hasta 7 años, con la posibilidad de congelar la cuota durante 12 meses.  

La renegociación de las hipotecas  

El nuevo código de buenas prácticas llegó al sector en un momento en el que los banqueros ya habían señalado que la voluntad de las entidades era que los clientes pagaran y se mostraban abiertos a la negociación de las condiciones de los préstamos. En la memoria, queda todavía lo ocurrido en la anterior crisis financiera cuando la tormenta perfecta entre el estallido de la burbuja inmobiliaria, el desempleo disparado y la quiebra del antiguo sistema de cajas de ahorro.  

La situación años después es diferente, por un lado la deuda, tanto de hogares como de empresas, está en niveles más moderados, pero, además, el sistema financiero está más saneado y a esto se suma la resistencia del mercado laboral.  Precisamente, esta es una de las razones que se aduce desde la banca para explicar el comportamiento del mercado hipotecario. Si el empleo resiste, las familias tratan de pagar la cuota hipotecaria.  

Patricia Suárez, presidente de Asufin, también coincide con esta idea. “Los españoles son buenos pagadores”, apuntaba en una entrevista.  

En este aspecto, Suárez también destacaba que los problemas para los hogares podrían llegar más avanzado el año cuando se empiecen a notar más las subidas, porque se notarían la subida de las cuotas de unos 100 euros de este año y de otros 200 euros al año siguiente que ya serían en total unos 300-350 euros de diferencia en la cuota.  

El hecho de que las familias también estén esperando a tener que solicitar el mecanismo para amortiguar el peso de la hipoteca, hace que en el largo plazo el pago total de la hipoteca se encarezca. En este sentido, los cálculos de la asociación de usuarios financieros estiman que si se aplaza un año el pago de la hipoteca para un préstamo medio, que consideran de unos 100.000 euros, supondría alrededor de unos 2.300 euros más en total.  

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