El declive de Seat: reduce la producción un 27% mientras Cupra se dispara

El grupo Volkswagen prioriza la fabricación de la enseña deportiva en plena crisis por la escasez de chips y sigue sin decidir si le dará un modelo eléctrico a la histórica marca

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La marca Seat se diluye frente al imparable crecimiento de Cupra. En plena escasez de suministro, cuando la disponibilidad de chips dicta la capacidad de producción, el grupo Volkswagen dio prioridad a la fabricación de la enseña deportiva, mucho más rentable en tiempos de crisis, que se postula como el futuro de la automovilística española.

Seat SA, el paraguas que agrupa las dos marcas, produjo 420.091 coches en 2022, prácticamente la misma cantidad que el año anterior. Sin embargo, la disparidad entre sus dos marcas es, como mínimo, llamativa. Según los datos incluidos en el informe anual del consorcio alemán, se produjeron 170.632 vehículos de Cupra, más del doble que en 2021. Por su parte, salieron de las fábricas un 27% menos unidades de la histórica firma Seat.

Como ya explicó este medio, las instrucciones de Volkswagen a la fábrica de Martorell (Barcelona) eran claras: priorizar modelos como el Formentor, frente a los tradicionales Seat Ibiza o León. Ante las dudas sobre la capacidad productiva a corto plazo y la caída de ventas generalizada en el sector, la compañía ha preferido impulsar la marca deportiva, mucho más rentable.

Esta decisión se refleja en el desglose de los datos de fabricación del grupo por modelos. Mientras que el Ibiza y el León se produjeron en un 27% y un 48% menos respectivamente, el Formentor, la gallina de los huevos de oro de la empresa dirigida por Wayne Griffiths, creció en un 80% en 2022. Los tres modelos se fabrican en exclusiva mundial en el centro barcelonés. El otro modelo que impulsa la fabricación de Cupra fue el Born, el primer eléctrico de la firma catalana fabricado en Zwickau, Alemania, que se entabló en un 600% más en su segundo año de vida.

Futuro incierto

A todo esto, el futuro de la marca Seat sigue siendo incierto más allá de 2029. Por ahora, no tiene asignado ningún modelo eléctrico, clave teniendo en cuenta que es probable que se prohíba la venta de coches térmicos en Europa en 2035. En Martorell este año se empezarán las obras para instalar una plataforma eléctrica donde se producirán tres modelos de coches eléctricos urbanos, pero ninguno llevará el sello de la marca tradicional: trabajará en un Volkswagen, un Skoda y un Cupra.

La plantilla de la fábrica catalana ha insistido en repetidas ocasiones que el centro necesita una segunda línea eléctrica para garantizar el empleo y la operatividad de la planta. Si Volkswagen la asigna, Seat tendría la oportunidad de tener un eléctrico que lleve su firma comercial.

Esta decisión, sin embargo, aún no se está tomada. Durante la presentación de los resultados de Volkswagen AG, el CEO del grupo Oliver Blume, ha explicado que están trabajando en “el modelo en el que Seat y Cupra se relacionarán”. “Hay que esperar y ver, ser pacientes porque aún tenemos que tomar decisiones a este respecto, y lo haremos en coordinación con nuestros socios en la región. No va a llevar cinco años, sucederá mucho antes, pero necesitamos algo más de tiempo para definirlo todo, un sistema que funcione desde el principio», ha dicho el primer ejecutivo del gigante automovilístico.

Blume ha felicitado al equipo de Griffiths por el desarrollo de Cupra, realzando su capacidad de “lanzar una marca tan exitosa en poco tiempo”. “Tenemos un plan claro de crecimiento y la marca está muy bien posicionada”, ha concluido.

El CEO del grupo Volkswagen, Oliver Blume durante la presentación de resultados. EFE/EPA/CLEMENS BILAN

Pese al declive de la marca tradicional, la apuesta por Cupra le está saliendo bien a Seat. De hecho, fue el principal factor que le permitió disparar la facturación pese a vender menos coches y volver a los beneficios operativos, de 33 millones de euros, en 2022. Seat ingresó 10.941 millones de euros, aunque las ventas bajaron un 5,2%. El mayor peso de la marca deportiva, que roza el 40% del negocio, dio una vuelta al margen de la empresa: pasó de un –2,4% en 2021 al 0,3% positivo en 2022.

El grupo Volkswagen ha seguido una estrategia similar con el resto de las marcas: apostó por incrementar el margen de beneficio de los coches para compensar la caída de ventas. La compañía disparó los ingresos un 11,6% hasta los 279.232 millones de euros, pese a entregar un 7% menos de coches. Audi y Porsche encabezaron la rentabilidad del grupo, aportando 7.622 millones de euros y 6.423 millones, respectivamente en beneficios operativos.

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