Santander retrasa su apuesta para frenar a las tecnológicas en los pagos online en España

Openbank, el banco digital de Santander, tenía previsto lanzar su plataforma de pago aplazado Zinia en el último trimestre de 2022. Sin embargo, todavía no está operativa.

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Openbank, el banco online de Santander, tenía previsto lanzar su plataforma de pago aplazado Zinia en España en el último trimestre de 2022. Sin embargo, el lanzamiento no se ha producido. Por el momento, esta plataforma de «compra ahora y paga después» —conocida en la jerga del sector con el anglicismo buy now and pay later— no está operativa en España.  

Todavía no se sabe si el retraso será de unos días o tardará más en ponerse en marcha. Aunque el banco tiene un foco claro en este desarrollo tecnológico, que ya ha lanzado en otros mercados como Alemania y Países Bajos, donde la penetración del comercio online y el pago digital es mayor.

Una de las grandes apuestas en la reciente estrategia de Banco Santander ha sido la combinación de tecnología y conocimiento de sus clientes. En este sentido, en 2020 el grupo inició la fusión de su banco online Openbank con su filial de consumo, Santander Consumer Finance, con el objetivo de crear el mayor banco digital de consumo.  

Esta es una de las palancas que la entidad tiene en su hoja de ruta de crecimiento. Una muestra de ello es que los préstamos de esta filial del grupo ascendieron a 120.600 millones de euros en los nueve primeros meses del año, los últimos datos disponibles, lo que supuso un aumento del 6,5% frente a un año antes.  

Un crecimiento que se produce, además, en un mercado «menguante» lo que se traduce en un incremento de cuota de mercado, según apuntaba en una presentación el propio banco.  

Cómo funciona la plataforma de pago aplazado de Santander 

Un pilar clave en un momento crítico para la banca, que está viendo cómo las grandes tecnológicas y las pequeñas fintech empiezan a entrar en terrenos del negocio que hasta ahora eran coto exclusivo de los actores financieros, sobre todo, los pagos que suponen importantes comisiones en la línea de ingresos de las entidades.  

Zinia es la personificación de esta estrategia de Banco Santander al ser el primer producto desarrollado tras la fusión de estas filiales. La entidad lanzó esta plataforma en Alemania a comienzos del año pasado donde ya llevaba un año captando clientes y posteriormente se ha lanzado en Países Bajos.  

España es el tercer mercado donde Santander lanzará Zinia.

El mecanismo de este tipo de plataformas permite que el cliente pueda aplazar sus compras a corto plazo, normalmente en tres o cuatro pagos mensuales, sin tener que solicitar un préstamo al consumo o utilizar una tarjeta de crédito, ni tener que pagar tipos de interés.  

Es el establecimiento asociado el que suele pagar una comisión por cada uso. A la tienda le compensaría el pago porque al ofrecer una este tipo de soluciones de pago la compra media suele aumentar, así como el número de compras.  

Las empresas que ofrecen este tipo de soluciones de pago aseguran que la tecnología de machine learning —aprendizaje autómatico— les permite cruzar un gran número de datos de los compradores en un corto periodo de tiempo, por lo que se reduce una posible morosidad.  

La batalla de banca contra empresas tecnológicas  

El lanzamiento de estas soluciones muy avanzadas tecnológicamente llega en un momento donde la banca vive inmersa en una constante búsqueda de rentabilidad. El uso de la tecnología combina el ahorro de costes con la posibilidad de llegar a un público más amplio.  

Asimismo, la entrada en este terreno del «compra ahora y paga después» supone la irrupción de un gran banco en un nicho de mercado donde hasta el momento solo operaban empresas tecnológicas como Klarna, Affirm o Afterpay.  

Este desembarco coincide también con la caída de las valoraciones de estas compañías, que se han visto duramente afectadas por las turbulencias económicas de los últimos tiempos. En el caso de la sueca Klarna, incluso, llegó a anunciar los despidos de un 10% de su plantilla.  

En este contexto, los bancos llevan un tiempo reivindicando que ante el mismo negocio se apliquen las mismas normas. En un sector con una elevada regulación, las entidades piden que todos los jugadores partan de las mismas condiciones para llevar a cabo su negocio.  

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