Reynés se escuda en el tormento regulatorio para detener el ‘Proyecto Géminis’
Los continuos movimientos regulatorios en el sector energético habrían sido parte del detonante para detener la escisión
Francisco Reynés, pte. de Naturgy
Hace un año Naturgy realizaba un gran anuncio: dividiría la compañía en dos, negocio regulado y comercial. Justo unos días después estalló el conflicto armado de Ucrania y todo saltó por los aires. El ‘Proyecto Géminis’ se ponía en cuarentena. Después fue el Gobierno español quien dispuso más palos en la rueda con su desagrado hacia el plan. Finalmente, queda suspendido. Entre los múltiples motivos, la regulación ha sido clave.
Hasta ahora, el presidente de la gasista, Francisco Reynés, siempre se había escudado en el ‘momentum’ para explicar el retraso de la escisión. La volatilidad de los mercados y la inestabilidad geopolítica no invitaban a abrir el proceso. Pero ahora, el máximo responsable de Naturgy también ha lanzado otra batería excusas frente a los analistas: la regulación.
De hecho, durante la resaca tras la presentación de los resultados pertenecientes al ejercicio 2022, Reynés ha insistido varias veces en los más de 20 cambios regulatorios que ha vivido la compañía. En su particular viaje normativo, esgrime que la gasista se ha visto afectada por medidas regulatorias para mitigar el impacto de los altos precios de la energía sobre los consumidores.
Estos cambios incluyen, entre otros, el establecimiento de una reducción temporal de la remuneración extra recibida por plantas de generación inframarginales libres de emisión por el precio del gas internalizado dentro del mercado mayorista de electricidad, excluyendo los volúmenes de energía vendidos a precio fijo bajo contratos de comercialización a largo plazo por debajo de un precio fijo de 67 €/MWh.
Otro aspecto destacado ha sido una limitación del aumento de las tarifas reguladas de gas durante un semestre, recuperando las cantidades adeudadas en las siguientes revisiones. De igual manera, argumentan que se aprobado varios real decretos ley para implementar medidas temporales con el objetivo de proteger a los consumidores más vulnerables, incluyendo el aumento de los descuentos en el bono social. Así, como el establecimiento de nuevas categorías de consumidores con derecho a beneficiarse del bono social así como la extensión de las garantías de suministro eléctrico y de gas.
Los grandes cambios
Aunque por encima de todo, el gran bandazo regulatorio ha venido tras la aprobación del Real Decreto Ley 10/2022, una medida adicional para limitar los precios del gas introduciendo un mecanismo de ajuste al coste de producción para reducir los precios mayoristas de electricidad en el mercado en beneficio de los consumidores, aplicado a los ciclos combinados, plantas de carbón y cogeneración no cubiertas por ningún marco de remuneración regulatorio.
Incluyendo RD, RD-ley, nuevas leyes, órdenes ministeriales y resoluciones a la CNMC, más de 20 nuevas regulaciones han sido introducidas en España durante 2022.
Por último, ha llegado el que puede ser el gran cambio sectorial de los últimos 25 años: el cambio del mercado eléctrico. Ahora mismo siguen en curso debates regulatorios a nivel europeo, y la Comisión Europea ha lanzado recientemente a consulta pública la potencial reforma del diseño del mercado eléctrico de UE. Es probable que los cambios regulatorios y la incertidumbre sigan fluyendo en el futuro, aseguran desde Naturgy.
El lado positivo
Lo bueno para Naturgy, y donde se ha podido relamer las heridas del fiasco del ‘Proyecto Géminis’, ha venido en las cuentas. La compañía registró un Ebitda de 4.954 millones de euros (+40%) y un beneficio neto reportado de 1.649 millones de euros (+35%).
En el periodo, las actividades reguladas registraron un buen comportamiento con un aumento de su Ebitda hasta los 2.475 millones, debido en parte a la normalización de los costes operativos en España tras los planes de optimización y al impacto positivo del tipo de cambio en América Latina, entre otros factores.
Los resultados de la compañía se enmarcan en un ejercicio atípico con un escenario energético sin precedentes marcado por importantes fluctuaciones de los mercados internacionales y precios en los índices mundiales, como por ejemplo el caso del holandés TTF con oscilaciones de entre 65 y 319 €/MWh a lo largo del ejercicio.
