Los retos de Ferrovial en su camino a Países Bajos: asegurarse el Ibex y evitar el hachazo de Hacienda

Los accionistas del grupo respaldan mayoritariamente el traslado y el mecanismo diseñado por Del Pino y Madridejos hace casi imposible que pueda ya pararse

Rafel del Pino, presidente de Ferrovial

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EFE/ Javier Lizon

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El apoyo de más del 93% de la junta al traslado de Ferrovial a Países Bajos deja la operación más que encarrilada, solo en manos de Leopoldo del Pino, hermano del presidente del grupo y que votó en contra este jueves, si bien fuentes cercanas a la familia aseguran que la sangre no llegará al río y no boicoteará la operación. Con esa certeza, la compañía trabaja en el cambio de sede con dos grandes retos: no caer del Ibex y evitar el hachazo de Hacienda

Estar o no en el Ibex no depende de la compañía sino del operador de la bolsa, BME, que ha evitado pronunciarse sobre una cuestión que aún no está planteada oficialmente. En los planes de la fusión inversa de la empresa que preside Rafael del Pino con su filial neerlandesa, una de las condiciones es que FISE (Ferrovial Internacional, la futura matriz del grupo, con sede en Países Bajos) sea aceptada a cotizar en España. 

Fuentes del mercado aseguran que no tiene que haber problema para que cotice en el mercado continuo, pues es previsible que cumpla fácilmente todos los requisitos. Otra cuestión es si formará parte del Íbex. Las mismas fuentes explican que por capitalización y volumen de negociación, los dos principales criterios por los que se decide a los componentes del índice de referencia de la banca española, también debería estar entre esas 35 empresas. 

La cuestión es si lo hará directamente o tendrá que esperar. Formalmente, Ferrovial sale de la bolsa y entra una nueva Ferrovial, por lo que puede que tenga que empezar de cero y esperar, por tanto, que se reúna el comité asesor técnico de BME que decide dos veces al año los componentes del Íbex. En realidad se reúne dos veces más al año, y puede hacerlo más de forma extraordinaria, por lo que está por ver qué tiempos se siguen. 

La guerra con Hacienda

La pugna con Hacienda no ha hecho más que empezar. El Ministerio de María Jesús Montero advirtió que el grupo que dirige Ignacio Madridejos puede tener que afrontar una factura fiscal millonaria por el traslado. En concreto, según los expertos, un 25% de las plusvalías latentes de los activos de la empresa en España, una cifra que nadie se ha aventurado a estimar pero que se considera muy considerable. 

Este hachazo podría producirse si Hacienda considera que no hay motivos económicos para el traslado. Los expertos consideran que para la empresa es fácil de demostrar que los hay, pues hay unos 70 supuestos. Del Pino reiteró este jueves que la intención de la compañía es apuntalar su crecimiento desde Amsterdam, desde donde tienen más facilidad para cotizar en Nueva York, lograr financiación más barata y captar talento. 

El presidente de Ferrovial negó que haya un motivo fiscal y aseguró que la operación es neutra en ese aspecto, que el grupo pagará los mismos impuestos antes y después, por lo que están convencidos de que es totalmente legal y no ha lugar a una sanción. En todo caso, es algo que deberá analizarse con la primera liquidación, ya el año que viene. 

Habrá que ver si el Gobierno insiste en buscar esta vía o se rinde. De momento, Nadia Calviño parece haber tirado la toalla: fuentes de Economía expresaron su respeto a la decisión de la junta y aunque recordaron el argumento de que desde España se puede cotizar perfectamente en Estados Unidos, no insistieron en la falta de razones económicas. 

El traslado, casi atado

Ahora arranca un mes decisivo para terminar de atar el cambio de domicilio pero en lo que Rafael del Pino e Ignacio Madridejos parecen tenerlo todo atado. Los accionistas que no quieran seguir a causa del traslado pueden solicitar a Ferrovial que les compre sus acciones y, si las solicitudes superan los 500 millones de euros, la operación se cancelará. 

Ignacio Madridejos y Rafael del Pino en la junta de este jueves. EFE/ Javier Lizon

Puede parecer poco, pues equivalen al 2,6% de los accionistas, pero hay una cuestión que lo hace muy difícil: el precio ya está fijado, en 26,0075 euros por acción, la media de los tres meses anteriores al anuncio de la fusión inversa de Ferrovial con su filial neerlandesa, mientras que en la bolsa cotizan por encima y este jueves cerraron en un 27,39%. Por ello, si un accionista no quiere seguir, le sale más a cuenta vender en el mercado que acogerse al derecho de separación.  

Solo accionistas con intención de boicotear la operación pueden tener una motivación para acogerse a ese derecho y se hace difícil pensar que lleguen al 2,6%. Leopoldo del Pino en solitario podría lograrlo, pues tiene el 4,2%, pero no se espera que lo haga. La muestra más fiable que existe es el resultado de la junta de este jueves, en la que los votos en contra fueron el 5,8%, por lo que además del hermano del presidente, los nos fueron un 1,6%. 

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