VW diseña el fin de la marca de coches Seat con Martorell como fábrica de eléctricos pequeños

La filial española del grupo se prepara para empezar a producir la gama Small BEV en Cataluña sin tener enfocado el futuro de la firma Seat

El presidente de Seat, Wayne Griffiths, junto a una proyección de los tres eléctricos de Cupra que saldrán al mercado en los próximos años. EFE/Andreu Dalmau

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Waynne Grifitths lo ha resumido en una frase: “El futuro es eléctrico y eso significa que el futuro de nuestra compañía es Cupra”. En otras palabras, la marca de coches Seat, tal como se conoce, se diluye. El plan de Volkswagen para la fábrica de Martorell es convertirse en el centro de referencia para la fabricación de los vehículos eléctricos pequeños del grupo, pero ninguno va a llevará la firma Seat. El consorcio alemán todavía no ha tomado una decisión sobre el futuro de la marca, que no tiene nada garantizado más allá del 2029.

Seat SA, la empresa que agrupa la marca homónima y Cupra, ha presentado este miércoles los resultados del año 2022 y ha aprovechado la jornada para repasar sus planes para los próximos años. Los objetivos están claros para la enseña deportiva: medio millón de ventas anuales, expansión internacional y mínimo tres eléctricos más, la tecnología escogida por la compañía dirigida por Oliver Blume para descarbonizar su cartera. Sobre la marca Seat, todo es más incierto.

Preguntado por la prensa sobre los planes para la marca originaria, el CEO de la compañía catalana ha apuntado a la posibilidad de convertir la firma en una operadora de servicios de movilidad urbana, como podría ser el car sharing, y especializarla en la micromovilidad. El grupo alemán ha retirado en múltiples ocasiones que no quiere hacer desaparecer la enseña, pero con los planes actuales del Volkswagen, quedará reservada para las motos y cuadriciclos urbanos. “Seat también necesita transformarse en el futuro eléctrico de la empresa y su rol dentro del grupo podría ser operar electromovilidad en entornos urbanos”, ha expuesto Griffiths.

La automovilística catalana ya ofrece servicios similares con su filial Seat MO, la gama de productos eléctricos urbanos y de motorsharing que opera junto a Silence. «Estamos estudiando expandir este proyecto y discutiendo con nuestros socios la posibilidad de hacer una fórmula de macromovilidad», ha añadido el directivo.

Tres eléctricos a partir de 2025

Mientras la marca histórica sigue en el aire, Martorell se prepara para empezar las obras e iniciar la fabricación de los tres Small BEV que tiene adjudicados a partir de 2025: el Volkswagen I2all, el Cupra UrbanRabel y un Skoda. La fabricación de estos eléctricos pequeños es la principal apuesta de Volkswagen para garantizar el crecimiento de su división en España, manteniendo la tendencia que ha seguido el centro con la producción de coches compactos como el Ibiza, un turismo urbano y el más vendido de la compañía durante años.

La fabricación de automóviles eléctricos requiere mucha menos mano de obra, por lo que la dirección de la empresa y los sindicatos pactaron el verano pasado un plan de salidas voluntarias que afectará a 1.330 trabajadores y supuso un gasto extraordinario de 293 millones de euros, ya contabilizados en las cuentas del grupo de 2022.

Griffiths ha reiterado que el objetivo de la empresa es “mantener y hacer crecer” el empleo en la fábrica, pero los sindicatos de la factoría han expresado en múltiples ocasiones la necesidad de instalar una segunda plataforma eléctrica para conseguir más modelos y dar cobertura a toda la plantilla. Esta segunda línea, que iría ligada a nuevos modelos, podría ser la última oportunidad para la fabricación de turismos eléctricos de Seat, al menos en España.

La decisión de atraer dicha plataforma tenía que tomarse a finales de este año, pero las negociaciones se han alargado y no llegará hasta el año que viene, según fuentes conocedoras. Siempre que la Euro 7, la nueva normativa de la Unión Europea que restringe las emisiones contaminantes de los coches de combustión a partir de 2025, no se interponga en sus planes; el grupo tiene tiempo para tomar las decisiones sobre la fábrica antes de poner fin a la producción de coches térmicos.

Cupra salva las cuentas

Aunque implique la pérdida de fuerza de una marca tradicional, la apuesta de Seat por Cupra no le está yendo nada mal. La gamma deportiva, mucho más rentable y con márgenes más elevados, ha sido uno de los factores que ha permitido a la empresa salvar la pandemia y la crisis de los chips y volver a los beneficios el pasado 2022, ganando 68 millones de euros.

Dado la incertidumbre del contexto por la escasez de semiconductores y la caída generalizada de entregas, el grupo Volkswagen priorizó la fabricación y las ventas de aquellos modelos más rentables, lo que en Seat se traduce en garantizar la salida de modelos de Cupra. Al final, la compañía entregó un 20% menos de coches, pero si se clasifica entre las dos marcas las cifras son muy dispares. La enseña deportiva disparó las ventas un 94%, mientras que la tradicional redujo las entregas en un 41%.

En el futuro cercano, Griffiths esperar reequilibrar estas cifras tras percibir una mejora del suministro de chips, ya que asegura que la demanda de los modelos de Seat sigue siendo alta. A la vez, el objetivo es que Cupra represente el 50% de la cifra de negocio este 2023.

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