Iberdrola hace caja en México: vende activos por 5.500 millones

La operación está sujeta a la firma de los contratos definitivos y la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias, según el grupo energético presidido por Ignacio Sánchez Galán

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Imagen: Iberdrola

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Iberdrola México ha firmado un acuerdo con la sociedad estatal Mexico Infrastructure Partners (MIP), con el que ha dejado claras sus intenciones de vender 8.539 MW de capacidad instalada por un importe de 6.000 millones de dólares, una cantidad que equivale a unos 5.500 millones de euros. Del conjunto de la capacidad, la mayoría, 8.436 MW, corresponden a ciclos combinados de gas, mientras que 103 MW a eólicos. A pesar de la desinversión, el grupo energético presidido por Ignacio Sánchez Galán continuará siendo el «principal generador privado de energías renovables» en el país, según ha apuntado a través de un comunicado.

La compañía ha concretado que la operación está sujeta al acuerdo y firma de los contratos definitivos, pero también a la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias y al cumplimiento de las condiciones habituales en este tipo de transacciones. Asimismo, ha subrayado que la venta de estos activos cuenta con el respaldo del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin), así como «otras entidades financieras públicas vinculadas al Gobierno de México», encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Concretamente, los ciclos combinados de gas que se venderán en el marco de esta transacción serán los que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California, Topolobampo II y Topolobampo III, junto con el activo eólico La Venta III. Asimismo, se incluyen los ciclos combinados de gas privados de Monterrey III y IV, Tamazunchale II y Enertek.

El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán. EFE/Luis Tejido
El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán. EFE/Luis Tejido

Teniendo en cuenta que la intención de Iberdrola México es continuar prestando servicio a sus clientes en el país, ha manifestado que prevé firmar contratos de compraventa de energía con las compañías que se transmiten. Así, se propone aportar al grupo energético la energía y la potencia necesarias para desarrollar la generación renovable en México y cumplir con sus objetivos actuales y futuros en el país.

Iberdrola invierte un 20% en Latinoamérica

Iberdrola registró un beneficio neto de 4.339 millones de euros en 2022, lo que reflejó un avance del 11,6% respecto al año anterior, tal y como dio a conocer durante la presentación de resultados. A lo largo del año, la compañía efectuó unas inversiones históricas de 10.730 millones de euros, lo que supuso un 13% más, a pesar del impacto de la inflación y los retos de la cadena de suministro. Gran parte de esta inversión, el 90%, se destinó a renovables y redes inteligentes para acelerar la electrificación y fomentar la autonomía energética. 

La compañía presidida por Sánchez Galán mejoró en todas las áreas geográficas en la que estaba presente a excepción de España, donde retrocedió un 19% a nivel de beneficio neto por las medidas regulatorias y fiscales y el aumento de costes que la empresa aseguró no haber traspasado a los clientes. De la totalidad de la inversión acometida, un 38% se destinó a la Unión Europea, mientras que un 25% se realizó en Estados Unidos, un 20% en Latinoamérica, y un 13% en el Reino Unido. El 4% restante fue a otros países, como Australia. 

En relación con el beneficio bruto de explotación global (Ebitda), aumentó un 10%, hasta los 13.228 millones de euros, una cifra que se explica por el crecimiento de Estados Unidos y Brasil, que compensaron el menor resultado en España. De cara a este 2023, la energética dejó bien claro su propósito de incrementar su beneficio neto entre un 8 y un 10% o, al menos, en torno al 5% si se tiene en cuenta la afectación que conllevará la puesta en marcha del impuesto a las grandes compañías energéticas impulsado por el Gobierno.

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