Iberdrola ultima alternativas para no entrar en una batalla legal en EEUU por la eólica marina

Los problemas en la cadena de suministro y la inflación son los argumentos de Avangrid para detener el proyecto Commonwealth Wind

Iberdrola

Ignacio Galán con Joe Biden. Imagen: Iberdrola

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La eólica marina parece tener una especie de maldición, sea en el país que sea. Si en España ha comenzado de manera lenta y tropezada; en Estados Unidos están sufriendo por el aumento de costes. Iberdrola, a través de su filial americana Avangrid, está sufriendo esta situación. Aunque ahora, su principal preocupación, es no entrar en un conflicto legal. 

El proyecto Commonwealth Wind, en el estado de Massachusetts, se ha convertido en un pequeño dolor de cabeza para la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán. Se trata de un parque de eólica marina, de unos 1.200 MW de potencia y valorado en cerca de 4.000 M€, que se ha visto fuertemente afectado por el aumento de costes en la cadena de suministro, la inflación y la subida de tipos. Esto ha llevado a la energética a ser muy clara: el compromiso de precios adquirido en la subasta de potencia no compensa el gasto. Por lo tanto, han pedido revisar la situación. 

Así, a finales de año, desde Avangrid propusieron -y lo llevaron por la vía administrativa- una compensación del precio de la subasta inicial. Asimismo, Iberdrola también planteó al estado de Massachusetts retirar el contrato y pujar por la próxima subasta en 2023. Y, por encima de todo, la energética española reitera su compromiso con el país y el proyecto

Pero la situación se ha enquistado. La responsable de Energía del gobierno estatal, Rebecca Tepper, lleva varias semanas instando a Avangrid a que sus molinos eólicos deben empezar a generar electricidad en la fecha prevista, que es esta primavera. De esta forma, asegura, debe cumplir sus compromisos adquiridos con las empresas de distribución. Sin embargo, desde la filial de Iberdrola se han enrocado. 

El consejero delegado de Avangrid, Pedro Azagra, ha puesto todo su empeño en que la situación no vaya a más y, lo más importante, no entre en el terreno legal. La eléctrica argumenta que otros estados donde también han tenido problemas similares, los promotores recibirán algún tipo de compensación. Y ese podría ser el gran argumento de Iberdrola.  

Una tensión en aumento 

Pese a todos los esfuerzos de la energética española por no llevar el proceso por una vía judicial, la situación está estancada por completo. Hace poco menos de una semana, la propia Rebecca Tepper mandó una carta a Avangrid para abordar el asunto, pero el resultado no fue el esperado. 

Medios locales de Massachusetts aseguran que existe cierta frustración en el equipo de la gobernadora, Maura Healy, porque la situación no está progresando de manera adecuada. O, al menos, bajo los planteamientos de defender a sus empresas distribuidoras.  

No obstante, el propio equipo de la gobernadora insta a la filial de Iberdrola a que sigan negociando y, llegado el momento, discutan sobre todas las opciones posibles. Una situación que incluiría la ansiada modificación del contrato como quiere la compañía de Sánchez Galán. 

Sin embargo, en este punto, desde Avangrid ahora son los que quieren ceder menos. En principio, las empresas distribuidoras entienden que habrá que negociar, pero la filial de Iberdrola en Estados Unidos asume que económicamente no es viable mantener las condiciones actuales.  

Y aquí es donde todo ha vuelto -casi- al inicio. La propia Tepper ya ha deslizado en la prensa local que Avangrid está intentando maniobrar para convencer a la opinión pública de que su postura es la acertada. Además, las autoridades locales ya han sugerido que de incurrir en esta conducta la filial de Iberdrola podría ser penalizada en posteriores subasta. Una cuestión que deberá manejar con tino la compañía de Sánchez Galán.

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