Grifols ahorrará 160 millones en 2023 con su plan de recortes
La farmacéutica completa sus iniciativas de ahorro de costes y empieza a contabilizarlas en su balance
Grifols empieza a notar los efectos de su plan de recortes en sus cuentas. La farmacéutica catalana espera que su hoja de ruta, que ha implicado el despido de más de 2.000 trabajadores y el reordenamiento de sus centros de recogida de plasma, le genere un ahorro este mismo 2023 de unos 160 millones de euros. Inicialmente, el ahorro previsto para este año era de 100 millones de euros.
Según la presentación de resultados semestrales, la empresa controlada por la familia Grífols ya ha contabilizado en sus cuentas unos 75 millones de euros en ahorro de costes, mientras que esperan sumar 85 millones más en el segundo semestre del año. Los 290 millones de euros que faltan para alcanzar la previsión total de 450 millones se verán reflejados en su balance del año 2024.
Uno de los principales objetivos de estos recortes son la reducción del coste por litro de plasma, que inició una tendencia ascendente durante la pandemia y tocó techo en junio de 2022. Desde entonces, la Ibex ha logrado reducir en un 20% el coste de plasma por litro, pese a incrementar su suministro en un 12%. Para ello, ha impulsado palancas como la reducción de la compensación a los donantes y la racionalización de la red de centros de recogida.
La compañía prevé continuar bajando el coste por litro en los próximos meses, aplicando iniciativas para optimizar los procesos, la racionalización de las operaciones y los gastos generales.
Objetivo: el desapalancamiento
Grifols empezó a impulsar estas medidas en el tercer trimestre de 2022, pero existe un decalaje de nueve meses en la contabilidad de inventarios que aplica la industria del plasma, por lo que la reducción del coste por litro no se ha empezado a notar hasta ahora. En este sentido, la compañía espera que en el segundo semestre la mejora de estos gastos de lugar a una expansión de sus márgenes brutos.
Si la farmacéutica decidió impulsar este plan, fue para reducir su abultada deuda, disparada tanto por la compra de Biotest como por los malos resultados obtenidos durante la pandemia, que a cierre de junio de este año alcanzaba los 9.421,5 millones de euros. Su objetivo es rebajar la ratio de apalancamiento del 6.9x actual hasta el 4,0x a finales de 2024.
La empresa espera que el 70% de este saneamiento provenga del plan de mejoras operativas, combinado con la mejora orgánica del ebitda, que en el primer semestre de 2023 alcanzó los 655 millones de euros, un 21% más que entre enero y junio de 2022. El 30% restante provendrá de operaciones de desapalancamiento, como puede ser la venta de activos.
En este sentido, la empresa anunció en junio que estaba trabajando en una transacción que involucraba a su filial china Shanghai RAAS y que debería de reportarle unos 1.500 millones de dólares. Durante la conferencia con los analistas para presentar los resultados, el presidente y CEO de la empresa, Thomas Glazman, se limitó a decir que las negociaciones siguen en pie. Además, reiteró que están estudiando otras desinversiones para generar caja y rebajar deuda.
La compañía con sede en Sant Cugat del Vallés perdió 56 millones de euros en la primera mitad de 2023, precisamente por los costes de reestructuración no recurrentes vinculados al plan de ahorro. Pese a ello, el resto de métricas de su negocio avanzaron positivamente, con un incremento de ventas del 14,8%, alcanzando los 3.225 millones de euros.