Garamendi incumplió los estatutos de CEOE al ocultar su salario en las cuentas anuales

El presidente de la patronal asegura que no está obligado a reflejar su sueldo en la memoria anual, pero que pese a ello, siempre lo ha hecho; ambas cosas son falsas

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi. EFE/ Borja Sánchez-Trillo

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Antonio Garamendi ha incumplido sistemáticamente los estatutos de CEOE desde que se puso un sueldo, tras ser elegido en noviembre de 2018, pues hasta entonces el presidente de la patronal no cobraba. Y es que las reglas del juego de la confederación empresarial española, que este miércoles se modificaron para eliminar el límite de mandatos y permitir a Garamendi perpetuarse en la presidencia, le obligan a comunicar su sueldo en las cuentas anuales, cosa que no hizo hasta 2022

Como adelantó Economía Digital, el directivo vasco cobró como presidente de la patronal 365.000 euros brutos el año pasado, cifra que por primera vez se hacía pública en la memoria de las cuentas anuales, depositadas recientemente en el registro tras ser auditadas en junio. También reflejaba que se había subido el sueldo en 12.000 euros respecto a 2021, un 3,4% más. 

Estos datos hicieron sonar las alarmas en algunos socios de CEOE, pues sabían aproximadamente su sueldo, pero no que se hubiera incrementado, y dudaron de su legalidad, al haberlo subido sin ser aprobado en junta. La junta sí había aprobado su sueldo después de que ganara las elecciones de noviembre de 2018, y este febrero, su subida y regularización, pero ningún incremento entre 2018 y 2022. 

Los estatutos establecen que el sueldo debe ser aprobado por la junta directiva, pero no especifica si los incrementos también. Si se considera que una subida supone un cambio de salario, sí que podría tener que votarse, algo que según las fuentes consultadas, no ha ocurrido. Pero también establecen que debe reflejarse en las cuentas anuales, algo que no ha sucedido entre 2018 y 2021. 

El punto 7 del artículo 18 de los Estatutos de CEOE dice: “El presidente podrá tener, o no, retribución, y en caso de tenerla deberá ser aprobada por la junta directiva y publicada en las cuentas anuales auditadas”. El texto íntegro del punto es este, sin cortar, y su redacción no deja lugar a dudas: tiene la obligación de publicar el sueldo en las cuentas anuales, por lo que incumplió los estatutos hasta 2021. 

Punto 7 del artículo 18 de los Estatutos de CEOE

Pese a ello, Garamendi, preguntado por Economía Digital este miércoles tras la asamblea, aseguró que sí lo reflejan y, por si eso no fuera poco, dijo que no tiene la obligación de ponerlo en las cuentas sino que lo hace por transparencia y buen gobierno, informa Álvaro Celorio. Ambas cosas son claramente falsas. Una tercera falsedad que dijo fue que “todo está perfectamente aprobado en los órganos de gobierno”, pues según fuentes empresariales, sus mejoras anuales no pasaron por junta. 

“Sí estaba reflejado en la memoria. Primero: no es una obligación, lo hacemos por transparencia, y estaba junto con la del secretario general, estaba perfectamente puesta, y además todo el mundo sabía qué era lo que había aprobado la junta directiva”, respondió. Efectivamente, entre 2018 y 2021, las cuentas reflejaban la remuneración de “los miembros de la junta y cargos directivos de la organización” en su conjunto, pero ni especificaban a qué miembros se referían ni cifraban específicamente su salario, por lo que su retribución no estaba publicada.  

Párrafo de las cuentas de CEOE de 2021 en el que se refiere a los salarios de la cúpula

“En el portal de transparencia está perfectamente informado, pero no es una obligación, es un hecho voluntario, de gestión, de gobierno corporativo que vengo impulsando desde que soy presidente de esta casa”, añadió Garamendi, una falsedad con la que pretendía, además, situarse como adalid de la transparencia y la higiene de la institución. 

Hay que decir que el auditor de las cuentas anuales de CEOE, que estos últimos años ha sido Deloitte, no se ha percatado de que faltaba esta información, si bien el auditor no es el garante del cumplimiento de los estatutos internos de la organización sino simplemente de que las cuentas reflejen la realidad de la actividad y patrimonio de la misma. Para eso tiene CEOE dos comisiones que deben velar por el buen gobierno de la organización, pero sus miembros son nombrados a propuesta de Garamendi. 

Garamendi cambia los estatutos tras incumplirlos

La asamblea de CEOE aprobó este miércoles las modificaciones estatutarias impulsadas por Antonio Garamendi para fortalecer todavía más su poder en la patronal, que apenas tiene ya contestación, por lo que ya son una realidad tras pasar todos los trámites –fueron aprobadas anteriormente por la junta, tras el informe positivo de la comisión de régimen interno. 

Estos cambios suponen un golpe a la democracia interna de la patronal pese a que su presidente se presente como defensor de la misma. La limitación a dos mandatos, aprobada por Juan Rosell, pretendía evitar otro caso José María Cuevas, que fue presidente durante 23 años –y por cierto, como Garamendi, cobraba–, y fomentar la renovación, e iba en la línea de las principales organizaciones europeas. 

Miguel Garrido (CEIM) y Gerardo Cuerva (Cepyme), antaño críticos con Garamendi, en la asamblea de este miércoles. EFE

Ahora el directivo vasco puede atrincherarse en la confederación porque puede presentarse todas las veces que quiera, pero además, también porque quien quiera presentarse en su contra, lo tiene un poco más difícil porque deberá conseguir 60 avales, el triple que hasta ahora, de diez patronales distintas, seis más que hasta ahora. Garamendi defendió que esta medida no dificulta que nadie se pueda presentar a las elecciones. 

La última modificación de los estatutos es que el presidente será elegido por aclamación si no tiene rival. Hasta ahora, si solo había un candidato, se podían celebrar igualmente elecciones si un solo miembro de la asamblea lo pedía. Eso permitía que hubiera voto de castigo a su gestión. Ahora ya no será posible manifestarse en contra del presidente si no hay otro candidato, otra medida cuya contribución a la transparencia y la democracia interna de CEOE cuesta dilucidar.

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