Cepsa y Bio-Oils construyen la mayor planta de biocombustibles del sur de Europa

La instalación producirá anualmente 500.000 toneladas de combustible sostenible para contribuir a la descarbonización del transporte

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Cepsa y Bio-Oils, compañía de biocombustibles de Apical, han creado una ‘joint venture’ para impulsar la producción de biocombustibles de segunda generación (2G) a través de la construcción de la mayor planta en el sur de Europa, que Cepsa ya anunció el pasado mes de marzo. El complejo, que se ubicará en Palos de la Frontera (Huelva), en el Parque Energético La Rábida, supondrá una inversión de hasta 1.000 millones de euros, una de las mayores inversiones privadas de la historia de Andalucía.

La nueva planta se asegurará la mayoría del suministro de materia prima, procedente de residuos orgánicos como desechos agrícolas o aceites usados de cocina, a través de un acuerdo global y de largo plazo con Apical, que permitirá abordar uno de los principales desafíos que afronta la industria: el acceso a la materia prima. Por su parte, Cepsa aportará su capacidad técnica y conocimiento en el desarrollo de grandes proyectos industriales y producción de combustibles, así como el conocimiento del mercado europeo y de los objetivos de descarbonización del sector del transporte.

Una planta nativa digital

La nueva planta, que creará cerca de 2.000 empleos durante su fase de construcción y operación, contará con dos unidades de pretratamiento y tendrá una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de SAF (combustible sostenible para la aviación) y diésel renovable, destinados al transporte terrestre, marítimo y aéreo. Su puesta en marcha está prevista para el primer semestre de 2026.

La instalación se construirá con la última tecnología creada específicamente para la producción de biocombustibles de este tipo. Diseñada como una planta nativa digital, incorporará tecnología punta y los últimos avances para la industria en inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos para maximizar la eficiencia de los procesos y garantizar los mayores estándares de seguridad y protección ambiental. Los combustibles desarrollados en esta nueva planta evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 30% de las emisiones de la provincia de Huelva.

Los biocombustibles pueden reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para habilitar una transición energética e impulsar la descarbonización de los transportes cuya electrificación es compleja, como el transporte pesado por carretera, el marítimo y el aéreo. Los biocombustibles 2G fomentan la economía circular y beneficia el negocio de Química de Cepsa, gracias al acceso a materias primas procedentes de residuos orgánicos para la fabricación de productos sostenibles, que de otro modo terminarían en vertederos.

Presentación en La Rábida

La presentación de este proyecto se ha celebrado en el Parque Energético La Rábida, en la que han participado Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía; el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar; el de Bio-Oils, Óscar García; y el presidente de Grupo Apical, Dato’ Yeo How.

Durante su intervención, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha destacado: “Para abordar este tipo de proyectos se requiere de la colaboración público-privada. No hay otra forma de poder llegar tan lejos. Cepsa lleva desde hace casi 60 años invirtiendo en Huelva y Andalucía, siendo parte activa y protagonista de la evolución experimentada en nuestra tierra, contribuyendo de forma muy destacada a su progreso y a la creación de empleo, con casi 8.000 puestos”, y ha añadido: “Apuestas a lo grande como la de Cepsa confirman que estamos en el buen camino”.

Maarten Wetselaar ha subrayado: “Esta alianza es un paso decisivo en nuestra estrategia para liderar los biocombustibles en España y Portugal y posicionar Andalucía como un referente europeo en la producción de energías sostenibles y economía circular. Los biocombustibles de segunda generación son una solución inmediata para favorecer la transición energética de nuestros clientes, al poder utilizarse en motores convencionales, al tiempo que permiten el desarrollo local y el aumento de la autonomía energética en Europa”.

Óscar García, CEO de Bio-Oils, ha indicado: “Cepsa ha sido durante muchos años el mayor cliente de Bio-Oils. Esta nueva ‘joint venture’ es una evolución natural de nuestra relación”. Por su parte, el presidente de Apical, Dato’ Yeo How, ha asegurado: “Un uso más extendido del SAF y el diésel renovable aporta importantes beneficios a escala mundial, tanto para mitigar los efectos del cambio climático como para promover un crecimiento económico sostenible”.

Compromiso de Cepsa con la sostenibilidad

La construcción de esta nueva planta responde al objetivo de Cepsa de liderar la fabricación de biocombustibles 2G en España y Portugal. En 2030, la compañía contará con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de SAF, una cantidad de combustible sostenible de aviación suficiente como para sobrevolar 2.000 veces el planeta. El acuerdo servirá para situar a España como un referente en el suministro de SAF a las compañías aéreas.

Esta alianza está en línea con el Pacto Verde Europeo y el conjunto de medidas ‘Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye una iniciativa legislativa denominada ‘RefuelEU Aviation’, que pretende impulsar la oferta y demanda de biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en 2050.

En el marco de su estrategia 2030, ‘Positive Motion’, la compañía está impulsando el desarrollo de un ecosistema centrado en acelerar su descarbonización y la de sus clientes, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles 2G, para convertirse en un referente de la transición energética.

En su plan estratégico, Cepsa ha establecido una hoja de ruta para recortar sus emisiones, que se sitúa entre las más ambiciosas de su sector. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 en un 55% y su índice de intensidad de carbono entre un 15 y 20 por ciento, con el objetivo de conseguir emisiones netas cero en 2050.

El desarrollo y utilización de biocombustibles contribuye a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 12 (Producción y consumo responsables) y ODS 13 (Acción por el clima).

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