El auge del autoconsumo obliga al Gobierno a mejorar la regulación del sector

La llamada al lobo ha surtido efecto en el ámbito energético. Quizá demasiado. Así, la crisis de precios que ha sido ‘trending topic’ a lo largo de 2022 ha provocado que muchos consumidores se hayan lanzado al autoconsumo fotovoltaico. Tantos, que ahora mismo hay problemas para saber, incluso, cuántos son; y que obligará a revisar ciertas cuestiones regulatorias.

El último mensaje en esta dirección llega de alguien con importantes implicaciones. Ha sido la presidenta del Grupo Redeia (Red Eléctrica), Beatriz Corredor, que en el marco del ‘Spain Investor Day’ ha llevado a cabo una firme defensa de las energías renovables, así como de la gestión del sistema, pero ha mandado un recado.

En el caso concreto del autoconsumo, y a la vista -precisamente- de ese auge que parece solo el inicio, la presidenta del gestor del sistema eléctrico ha recordado que será muy importante tener actualizada la regulación si la curva sigue hacia arriba.

En este sentido, fuentes del sector explican a ECONOMÍA DIGITAL que, efectivamente, las previsiones sobre autoconsumo pueden verse desbordadas y, en un momento determinado, quizá la actual regulación quede desfasada con respecto al encaje de este tipo de proyectos en el sistema eléctrico.

Diversos factores que afectan

Otro de los factores que van a incidir de manera directa, y que determinarán el éxito del autoconsumo, tendrá que ver con los procesos de implantación. Así lo ha expresado recientemente en un encuentro realizado por La Vanguardia el director de Energía y Medioambiente del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat, Joan Herrera.

Estima que «el reto está ahora en el desarrollo del autoconsumo compartido, porque permite generación de proximidad y mayor sensibilización en torno a lo eléctrico». Para Herrera, «la clave ya no está en la extensión del autoconsumo, sino en una tramitación ágil, que en el autoconsumo compartido no se está produciendo«.

Mejorar el control

El otro gran reto para la administración pública, y los reguladores que deberán controlarlo, tiene que ver con los propios datos de implantación. Según cálculos realizado por ElDiario.es, a cierre del pasado septiembre, había registradas en ese sistema 140.000 instalaciones de autoconsumo, un 470% más que en enero de 2021. El 80% eran instalaciones en la modalidad de Excedentes con compensación. El 85% tenía menos de 100 kilovatios (kW) de potencia y el 70% no llegaba a 15 kW (hogares y pequeños negocios).

El problema es que esas 140.000 instalaciones sumaban una potencia de apenas 930 MW, que es apenas un tercio de los 2.742 MW de autoconsumo que, según la patronal fotovoltaica UNEF, había instalados ya a cierre de 2021. Y que no es ni una quinta parte de los cerca de 5.200 MW con los que, según las previsiones más optimistas de las patronales, se habría cerrado 2022.