Los socios europeos de CEOE quieren apostar por la energía nuclear para ganar competitividad frente a EEUU y China
La patronal BusinessEurope pide a Calviño promover "las tecnologías que contribuyan a la descarbonización": "No podemos excluir ninguna energía"
La patronal europea tiene claro que, a la hora de que las empresas del continente puedan competir en igualdad de condiciones frente a compañías de Estados Unidos o China, el coste de la energía es fundamental. Tanto es así que la apuesta por tecnologías como la nuclear no debería dejarse fuera de la mesa y han propuesto al Ejecutivo de España que se promuevan «todas las tecnologías que contribuyan a la descarbonización», incluida la atómica.
«Cada kilowatio/hora cuenta», respondió tajante el presidente de Business Europe, Fredrik Persson, al ser preguntado sobre la nuclear durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum. «No podemos excluir ninguna tecnología. Me encantaría que el problema fuese que tenemos mucha electricidad en Europa», subrayó.
Persson se encuentra en Madrid reunido junto a los presidentes de las 40 organizaciones empresariales europeas, entre las que se encuentra la española CEOE, para entregar al Gobierno sus propuestas de cara a la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, que España ejercerá de turno desde julio. En ese documento, los empresarios señalan como una de las prioridades «asegurar el suministro energético a precios competitivos«, una de las razones que sitúan a las compañías europeas por detrás de aquellas en Estados Unidos o China.
El Gobierno se opone a fomentar el gas y la nuclear
Así, en la Declaración de Madrid apuestan por que la presidencia española promueva «el desarrollo de todas las tecnologías que contribuyan a la descarbonización, así como aquellas que mantengan la competitividad de sectores y procesos difíciles de descarbonizar a corto y medio plazo». Entre ellas, la nuclear, como ha apuntado el presidente de los empresarios europeos.
La patronal ha presentado el documento a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien ha agradecido las propuestas de los empresarios, aunque no está claro que vaya a respaldar esta apuesta de los empresarios.
El Gobierno se opuso con firmeza a la inclusión de la energía nuclear y el gas como tecnologías «verdes» en la taxonomía que aprobó el año pasado el Parlamento europeo, una ‘guía’ que recoge las inversiones y actividades económicas sostenibles para el Pacto Verde Europeo.
«La inclusión en la taxonomía ‘verde’ de energías más costosas y contaminantes, con largos plazos de amortización, distraería fondos e inversiones que podrían destinarse en la dirección correcta: las tecnologías renovables, que son el elemento clave para lograr la sostenibilidad de nuestros sistemas energéticos en el medio y largo plazo», aseguraron las vicepresidentas primera y tercera, Teresa Ribera, en una tribuna conjunta firmada en enero de 2022 en el diario Expansión.
Residuos nucleares y metano, las claves
En este sentido, en el Ejecutivo han apuntado que la clave para considerar verde una energía es su «contribución sustancial a las principales metas ambientales de la UE, como mitigar el cambio climático, entre otros, respetando además el principio de no causar daño ambiental significativo«. Y las emisiones de metano derivadas de la generación eléctrica por gas natural o los residuos nucleares «ponen en cuestión la inclusión de ambas tecnologías dentro de la taxonomía verde».
Y no solo España es el eslabón débil para sacar adelante esta petición: otros socios como Austria, Dinamarca y Luxemburgo tampoco compartieron esta inclusión en la taxonomía. Y otros países, por la vía de los hechos, han cerrado la puerta a extender la nuclear. Es el caso de Alemania, que este año cerró sus últimas centrales atómicas.
Otras propuestas de los empresarios sí pueden contar con una mayor recepción en el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez, al menos hasta elecciones del 23 de julio, como una reforma del mercado eléctrico «que refuerce la seguridad del suministro, complete la integración del mercado a través del comercio transfronterizo de energía, limite el impacto de los altos precios del gas en los precios de la electricidad para los consumidores, incentive la inversión en fuentes flexibles, y empodere a los consumidores» o «una mayor inversión en todas las infraestructuras necesarias para facilitar el comercio transfronterizo de energía».
El sector energético es una de las prioridades para conseguir mayor competitividad de las compañías, explicó Persson, en tanto que industrias de alto consumo energético, como la acerera o la química, pueden disfrutar de rebajas en sus contratos cuando implantan fábricas en EEUU o China de las que no pueden disfrutar en los Veintisiete. «Somos socios europeos, queremos hacer negocios aquí, pero tenemos que ser realistas«, zanjó.
Los otros ejes de la Declaración de Madrid subrayan la petición de un «respiro regulatorio», como «reducir en un 25% la carga informativa de las empresas»; profundizar en la integración en el Mercado Único; aumentar la productividad de las compañías invirtiendo en talento e innovación; y fortalecer los lazos comerciales con otras regiones, firmando acuerdos con Chile, México y Mercosur.