Los ricos, los más beneficiados por las medidas energéticas del Gobierno

La crisis energética vivida en 2022, y que sobre todo se convirtió en un problema de precios, necesitó de intervención pública en casi todos los frentes. A través de reales decretos, el Gobierno español intervino los precios de la electricidad y subvencionó los carburantes. Por el tipo de ayuda, se cuestionó la universalidad de las medidas con los diferentes tipos de renta. Ahora se confirma que los máximos beneficiados -en términos absolutos- no eran, precisamente, quienes más lo necesitaban. 

Así se desprende del informe realizado por BC3. Las conclusiones del documento reflejan dos visiones de la situación. Por un lado, el impacto que tuvieron las medidas sobre las factura energética. Y, por otro, quiénes fueron realmente los que sacaron mayor beneficio de la situación. 

Por lo que respecta al bolsillo de los españoles, según los resultados que arroja el informe, la factura energética de los consumidores aumentó un 29% en 2022 con respecto a 2021, un aumento que hubiera llegado al 44% si no se hubieran tomado medidas. 

El conjunto de la factura de los servicios energéticos en los hogares españoles en 2022 se sitúo en los 2.952€, frente a los 3.292€ en un escenario donde no se hubieran tomado las medidas que se llevaron a cabo. Asimismo, cabe destacar, en el apartado de carburantes, que parte del impacto económico se debió -también- al aumento de consumo con respecto al año precedente. Una situación que venía influenciada por la resaca del covid. 

La contradicción de las ayudas 

El documento refleja esa situación, que fue muy criticada por la opinión pública, con respecto a quiénes serían los más beneficiados en términos absolutos. Es decir, los resultados del informe muestran que las medidas adoptadas en 2022 han servido para amortiguar el efecto de la crisis energética en todos los hogares y, en mayor medida, entre los consumidores de menor renta.

Según explica el informe, el impacto distributivo de las medidas se explica por el patrón de consumo de los hogares españoles y por el tipo de medidas implementadas. Así, los hogares con menor nivel de renta tienen que dedicar mayor proporción de sus ingresos a electricidad o calefacción, mientras que los hogares con rentas más altas lo destinan en el consumo de carburantes. 

Por eso, y pese a que evidentemente las medidas han tenido un impacto favorable para las rentas bajas, el informe es demoledor al asegurar que, debido a que el gasto energético aumenta con la renta, y una parte importante de las medidas han sido de carácter general, los beneficios en términos absolutos aumentan para los que tienen rentas más altas. 

Diferencias por género 

El informe también pone de manifiesto que existe una diferencia entre hombres y mujeres dependiendo del nivel de renta. En concreto, en términos de género, el análisis muestra que los hogares cuya referencia principal es una mujer se han visto menos afectados por la subida de precios y más beneficiados por las medidas. 

Esto se debe, según explican los autores del documento, por ser hogares en los que el consumo de electricidad es una parte importante del gasto (y no así el consumo de carburante) al ser hogares generalmente de menor renta. 

Este es el caso de los hogares de personas mayores que viven solas, son monoparentales o con la cabeza de familia trabajando a tiempo parcial que, de nuevo, la mujer tiene representación mayoritaria.   

Conclusión compleja 

Sobre las recomendaciones que dan los autores del informe, asumen que si bien las medidas analizas han sido útiles para contener la inflación y sostener las rentas de las familias en el corto plazo, recomiendan diseñar mecanismos que permitan focalizar rápidamente las ayudas a los colectivos vulnerables en futuras ocasiones.  

Además, sentencia que estas recomendaciones están en lína con lo que se ha planteado desde la OCDE, la Airef y el Banco de España.