La intención de Lagarde de seguir subiendo tipos deja en el aire las previsiones de la banca
El Banco Central Europeo ha elevado los tipos de interés hasta el 4%, el nivel más elevado de los últimos 15 años
Europa volvió a asistir durante la jornada de ayer a un nuevo varapalo monetario. Pese a que los consumidores, así como los inversores y bancos, se hacían a la idea de que el Banco Central Europeo (BCE) elevaría los tipos de interés en 25 puntos básicos, no esperaban que el mensaje de Christine Lagarde, presidenta de la institución, pudiera ser tan negativo en relación a las futuras variaciones monetarias.
«No hemos parado de subir los tipos de interés, aun nos queda un largo camino por recorrer», fueron las palabras pronunciadas por la máxima mandataria del BCE, las cuales dejaron abierta la puerta a nuevas subidas de tipos (más allá de la reunión de julio) cuando el mercado esperaba una aparente relajación.
Los analistas de los principales bancos daban por hecho que, junto con la subida de las tasas llevada a cabo ayer, vendrá otra en julio, la cual previsiblemente será de otros 25 puntos básicos.
Pese a ello, el mensaje emitido por la presidenta recrudece las previsiones sobre los tipos de interés de la eurozona, los cuales se asientan actualmente sobre el 4%, el nivel más alto desde octubre de 2008. Los analistas de bancos como BBVA, Caixabank o ING han acertado con la última variación llevada a cabo por el BCE, y, probablemente lo harán con la próxima subida que el regulador planea para la reunión de julio.
Lagarde pone el interrogante a la previsiones de la banca
Pese a ello, en lo que probablemente no acierten es en el pensamiento de que, tras la subida de ayer y la hipotética alza del próximo julio, el BCE entrará en una fase de estabilización. Lagarde se encargó de poner el interrogante a las previsiones que la mayoría de agentes del mercado comparte.
Por ejemplo, en la víspera de la última reunión monetaria, Enric Fernández, economista jefe de Caixabank, expresó que, tras las subida hasta el 4% llevada a cabo ayer, el BCE llevará otra de otros 25 puntos básicos, pero, posteriormente, vendrá un cambio de tendencia y el inicio de una bajada «si se confirma la senda descendente de la inflación». Pese a que el economista jefe remarcó la importancia del descenso del IPC, las palabras de Lagarde dejan caer que, aunque los precios vayan cediendo, el BCE no aflojará la política económica.
«No estamos pensando en frenar las subidas de tipos de interés»
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo
En una línea similar, los expertos de BBVA Research indican que esperan que la institución monetaria suba los tipos hasta el 4,25% en lo que resta de año. Además de ello, en su análisis, atisban el fin del ciclo de las subidas de tipos de interés. Pese a ello, esas perspectivas han quedado en el aire después de que la presidenta remarcase que «no estamos pensando en frenar las subidas de tipos».
El BCE no bajará la guardia
Por lo pronto, y en línea con lo que esperan los analistas de la banca, Lagarde acercó la posibilidad de que en julio el BCE vuelva a elevar las tasas de interés. Como han repetido en numerosas ocasiones, el propósito del banco central es rebajar la inflación hasta un terreno lo suficientemente restrictivo. El objetivo es rebajar el IPC al 2%, es decir, más de cuatro puntos porcentuales por debajo del nivel actual.
Pese a que la inflación viene cediendo de manera progresiva, Lagarde cree que la evolución macroeconómica del Viejo Continente es «demasiado incierta«, lo que obliga al BCE a no bajar la guardia, lo que significa mantener una política económica restrictiva. Cabe destacar que el próximo 27 de julio se cumplirá un año desde que el regulador europeo elevó las tasas de interés por primera vez desde julio de 2011.
Desde entonces, el organismo monetario ha elevado los tipos en 400 puntos básicos en menos de un año, siendo este el ciclo de endurecimiento monetario más precoz desde el origen de la institución monetaria.
El Banco Central Europeo ha realizado ocho subidas de tipos consecutivas
Nada parece indicar que Lagarde vaya a detener el endurecimiento monetario en lo que resta de año, pese a que la evolución de la inflación viene siendo descendente. La presidenta de la institución indicó ayer que el IPC «seguirá siendo elevado durante demasiado tiempo«.
Por lo pronto, el Banco Central Europeo ha acometido ocho subidas de las tasas de interés de manera consecutiva, llevando los tipos hasta las cotas más elevadas de los últimos 15 años. Aunque la Reserva Federal, su homólogo en Estados Unidos, frenó la política restrictiva el pasado miércoles, el regulador del Viejo Continente no ha querido salirse de su hoja de ruta, cumpliendo con lo establecido y dejando el precio del dinero en su nivel más restrictivo desde 2008.
Pero, además de ello, el mensaje de Lagarde proyecta una extensión de subidas de tipos que deja en el aire cualquier previsión lanzada por la banca. Está por ver si el entorno macroeconómico cede y, con él, lo hace también la política económica del BCE. Pese a ello, parece complejo que la institución con sede en Frankfurt minimice su mensaje.