El sobrecoste de la interconexión eléctrica con Francia encarecerá la factura de la luz

La CNMC teme que suba lo que tiene que pagar España de la interconexión eléctrica del golfo de Vizcaya que ya va por 1.500 M€

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el presidente francés, Emmanuel Macron. EFE/Andreu Dalmau

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La interconexión eléctrica de España con Francia, a través del golfo de Vizcaya, tiene dos finales poco halagüeños -pese a su gran importancia para ambos países-. El primero de ellos, el menos malo, es que finalmente entre en marcha, a partir de 2027, pero con un elevado sobrecoste y el posterior impacto para los clientes que lo pagarán en sus recibos vía peaje. El segundo escenario, derivado de ese aumento de costes, es que el proyecto tenga de dar marcha atrás tras 10 años de camino bacheado. Lo único evidente, y así lo ve el regulador español, es que cada mes que pasa será más caro de construir

Así lo ha manifestado este jueves la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos en el Congreso de los Diputados. La máxima responsable del regulador español ha asegurado que están «observando una subida de un incremento constante de las materias primas como consecuencia del ‘shock’ de demanda, y como consecuencia del poder de la oferta en la fabricación tanto de conversores como de cables». Y esto solo tiene un final. 

El proyecto de interconexión, que arrancó en 2017, ha tenido un camino muy accidentado. De hecho, el gran problema es que desde las primeras estimaciones de precio, a pagar de manera conjunta entre España y Francia, que se situaba en 1.750 M€, las cosas han cambiado.  

Así, el último acuerdo implica que, del total que se calcula en la última revisión, unos 2.850 M€, España tendrá que pagar el 54% de la obra, frente al 46% francés, una vez restados los fondos europeos, que ascienden a 578 millones. Pero la presidenta de la CNMC ha dejado clara la situación: «No podemos descartar que haya nuevas subidas de precios». Esta situación para la economía doméstica culmina con una factura de la luz más cara, puesto que esto impacta sobre los peajes que carga el sistema.

Y ahora qué espera 

Cani Fernández, en su comparecencia en el Congreso, no ha puesto paños calientes sobre la situación. De hecho, solo ha expuesto la realidad de un contexto macroeconómico inflacionario en toda la cadena de suministro. Por ello, a medida que todo evolucione, asegura que se volverá «a analizar que el proyecto sigue teniendo sentido sentido económico. En cada subida lo hemos hecho, y de momento hemos detectado que sigue teniendo sentido económico». 

Ese matiz es clave. Según publicó el diario Cinco Días antes del nuevo acuerdo de marzo, el propio regulador español revocó los acuerdos que había. Esto no suponía detener la interconexión, pero debido a los altos sobrecostes, sí quedaba en entredicho el sentido del proyecto. De esta forma, hace apenas unos meses todo quedaba en el limbo por ese aumento de costes que, a la postre, pagarían los españoles la red submarina a través de los peajes en su factura de la luz

Ante este escenario, Cani Fernández por el momento, y pese a los costes, asegura que todo sigue su hoja de ruta «en la medida en que ya están en las rondas de negociaciones [los distingos reguladores] para la adjudicación de los contratos, y se pondrán a construir».  

Pero la presidenta de la CNMC clava la última postilla: «De nuevo los mercado están movidos. Hemos hecho todo lo que hemos podido con las condiciones que tenemos hasta la fecha». De esta forma, lo único que queda es asumir que los costes seguirán subiendo. 

La importancia de la interconexión 

La interconexión eléctrica con Francia es esencial, sobre todo para España, por el ‘boom’ renovable y lo que eso supone para el sistema eléctrico. Y es que, a medida que aumenta la capacidad de interconexión, se maximiza el volumen de producción renovable que un sistema es capaz de integrar en condiciones de seguridad, dado que la energía renovable que no tiene cabida en el propio sistema se puede enviar a otros sistemas vecinos, en lugar de ser desaprovechada. 

Pero es que, además, con la capacidad que queda vacante en las líneas y que no va destinada a la seguridad de suministro, se establecen diariamente intercambios comerciales de electricidad donde se aprovecha de la forma más eficiente las diferencias en la producción de electricidad de cada país.

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