Hipoteca inversa: así puedes aumentar la pensión de jubilación
La hipoteca inversa permite obtener unos ingresos extra a los jubilados que cuentan con una vivienda en propiedad
Disponer de los recursos económicos suficientes es una de las principales preocupaciones de las personas que se jubilan. Dado que el abandono de la vida laboral comporta dejar de cobrar una remuneración de forma mensual, son muchas las personas que comienzan a planificar esta etapa vital mucho antes de iniciarla, para garantizar que una vez lleguen a la jubilación podrán tener una situación financiera desahogada. Una opción interesante para estas personas puede ser la hipoteca inversa.
A diferencia de la hipoteca común, que tiene como objetivo dotar de la financiación necesaria para adquirir una vivienda, la hipoteca inversa está dirigida a las personas jubiladas que se encuentren en posesión de una vivienda en propiedad. Sin embargo, conviene tener en cuenta que para acceder a esta opción es necesario reunir una serie de condiciones, como tener una edad superior a los 65 años, pero también una discapacidad igual o superior al 33%, o bien, una dependencia severa o gran dependencia.
¿Qué es la hipoteca inversa?
Se trata de un préstamo hipotecario, con el que el jubilado puede obtener una cuantía económica y continuar siendo propietario de un inmueble. Pues, en cualquier momento, cuenta con la posibilidad de devolver la deuda y que la propiedad continúe a su nombre. Sin embargo, debe tener en cuenta que el importe prestado por el banco puede variar considerablemente en función de la edad del propietario, pero también del valor de la vivienda.
Los usuarios podrán escoger la forma de pago que más le convenga. Por tanto, podrán recibir la cuantía a través de un único pago o distribuirlo a lo largo del tiempo, de forma que vea ingresada en su cuenta bancaria una cantidad económica cada mes.
Si se decanta por esta última opción, deberá tener en cuenta que las cuotas acostumbran a recibirse durante un periodo de tiempo comprendido entre los 10 y los 20 años a un tipo de interés fijo. Para asegurar los ingresos, en el caso de que el propietario viva durante un periodo superior al mencionado, se suele contratar un seguro de renta vitalicia.
Sin embargo, cuando la persona que ha solicitado la hipoteca inversa fallece, tanto la propiedad como la deuda que se ha contraído pasa a manos de sus herederos. Entonces, serán ellos los que habrán de tomar una decisión: vender la casa y pagar la deuda, o bien, quedarse con la propiedad y devolver la cantidad económica prestada por la entidad financiera. Conviene tener en cuenta que el plazo con el que cuentan para decidir sobre la propiedad es de doce meses.
Asimismo, es necesario tener en cuenta que la contratación de este producto financiero acarrea los mismos gastos que la gestión de un préstamo hipotecario habitual. Por tanto, la persona interesada habrá de asumir la comisión de apertura, notaría, gestoría, registro, tasación e Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.
Otro aspecto a resaltar es que los ingresos mensuales de este tipo de préstamo no tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y se deducen del valor de la vivienda en el Impuesto de Patrimonio y Sucesiones, según destaca el Banco de España en una guía sobre hipotecas inversas.