Qué tienes que hacer si quieres renunciar a una herencia

Es posible que una herencia tenga deudas y cargas tributarias tan altas que los familiares prefieren renunciar antes que recibirla. Estos son los pasos a seguir

Hay un dicho que dice que la verdadera lealtad entre hermanos se demuestra al momento de repartir la herencia.

Inclusive, algunos patrimonios que se reciben tras la muerte de un familiar llegan acompañados de tantas deudas o cargas impositivas que muchas personas piensan en renunciar a ellas.

Como explican en el estudio de Garnez Abogados, la renuncia a la herencia es el rechazo a todos los aspectos de la sucesión, tanto los bienes como las deudas.

Este es un acto jurídico “unilateral, no receptivo, intervivos, voluntario y libre, irrevocable, con efectos retroactivos y puro e indivisible”, precisan en el estudio.

O sea, que sea irrevocable significa que no hay marcha atrás. Y esta decisión no hace falta que sea expresada al momento del fallecimiento, se puede hacer varios meses después.

Qué tienes que hacer si quieres renunciar a una herencia

Para rechazarla, basta con comparecer ante una notaría y expresar la renuncia, trámite que también se puede hacer por vía judicial.

Cabe precisar que en menores de edad se necesita una autorización judicial, ya que hay que justificar ante el magistrado las razonas y éste es quien le da el visto bueno.

Las modalidades de renuncias

Hay dos tipos de renuncias: una es la pura y gratuita, donde el heredero renuncia a la misma, y el patrimonio (con o sin deudas) pasa al sustituto que prevé el testamento. Si no lo hay, al resto de coherederos.

La otra es la renuncia a beneficio de alguien, donde el renunciante puede declinar a favor de otro heredero. En este caso hay que pagar dos impuestos, el de Sucesiones y el de Donaciones.

No se puede renunciar a parte de la herencia: se acepta con bienes y patrimonio, o se rechaza en su totalidad

El problema de las deudas

Si hay deudas de por medio, los acreedores pueden solicitar al juez que el heredero acepte la herencia para cobrar el dinero pendiente, ya que consideran que la renuncia les perjudica.

Una alternativa para aceptar una herencia sin tener que hacerse cargo de las deudas es aceptarla “a beneficio de inventario”.

Esto significa que se paga toda clase de deudas que la persona fallecida tiene y lo que queda se reparte entre los herederos.

Para ello, los herederos tienen que liquidar el impuesto de Sucesiones en la Consejería de Hacienda de su comunidad autónoma. Pero como este tributo puede ser diferente en cada región de España, hay familias que prefieren renunciar antes que asumir nuevos gastos o verse en la obligación de tener que desprenderse de inmuebles para solventarlo.

Según este estudio, “renunciar a una herencia aceptada no es posible”. O sea, también la aceptación también es irrevocable. Por ello, los herederos tienen que tener en claro qué patrimonio van a recibir y cuáles son las posibles deudas antes de dar su aprobación.

De hecho no se puede recibir una herencia sin tener constancia de ello: el beneficiario tiene que aceptarla y debe acreditar que es familiar, o que figura en el testamento.

Cómo realizar el trámite de renuncia

Para realizar la renuncia a una herencia hay que hacer una escritura pública ante notario, aportando el DNI del heredero que hace el repudio, el testamento o el acta de declaración de herederos ‘abinstestato’, el certificado de defunción y el certificado de últimas voluntades.

El Código Civil no precisa ningún plazo para ejecutar la renuncia, aunque el tiempo de prescripción legal para el trámite es de 30 años.

Sin embargo, no se puede renunciar a una herencia antes del fallecimiento de la persona; por más que el futuro beneficiario sepa las deudas e impuestos que tendría que asumir.

A efectos fiscales, es mejor gestionar la renuncia antes que prescriban los impuestos de Sucesiones y de Donaciones. Si se hace pasado ese lapso, la ley considera que se trata de una donación y habrá que asumir los tributos que correspondan.

Ese código también establece que no se puede renunciar a parte de una herencia: se acepta todo (deudas y patrimonio) o nada.