Hay que controlar la temperatura de los radiadiores para evitar un consumo excesivo de gas. Foto Canvas

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El invierno no da tregua: la semana pasada fue una de las más frías del año, y nada quita que las bajas temperaturas regresen en la próxima borrasca. Y cuando eso sucede, el consumo de gas siempre es un problema.

La inflación ha disparado los precios de la energía, donde el coste del kWh puede ser cuatro veces más alto que hace un año.

Eso lleva a las familias a extremar el cuidado por el consumo de gas. Pero se puede ayudar a reducir la factura si se tienen en cuenta estos consejos.

calefacción
Se debe controlar el buen funcionamiento de los radiadores

Aislar las habitaciones

Uno de los grandes problemas de las viviendas, sobre todo las construidas antes de los años 80, es su aislamiento deficiente; lo que lleva a que se pierdan las fuentes de calor.

Una forma de evitar este problema cerrar las puertas cuando se enciendan los radiadores, lo que mantendrá la temperatura constante en las estancias.

También hay que revisar que los radiadores funcionen correctamente, y cuando la sala o el dormitorio esté a buena temperatura, hay que apagarlo para no gastar de más.

Saber cuándo abrir las ventanas

Parece una paradoja, pero a pesar de las bajas temperaturas es importante abrir las ventanas para ventilar la vivienda.

Aunque el calor se vaya en esos momentos se renueva el aire; por lo que se sugiere hacerlo unos minutos al mediodía, cuando las temperaturas son más suaves.

El agua de la ducha debe estar en un máximo de 45 grados. Foto Canvas

Usar dispositivos inteligentes

Uno de los problemas de las personas que trabajan fuera de casa es que al regresar la vivienda está fría, y consumen mucha energía para calefaccionar los ambientes.

Hay tecnologías como el cronotermostato wifi, un sistema que permite programar la temperatura de los sistemas de calefacción.

Por cada grado que se suba el termostato de la calefacción se gasta un 7% más de energía

Con una sencilla gestión desde el móvil se puede encender la caldera y los radiadores minutos antes de llegar al hogar, y poco después se la puede apagar para evitar el consumo innecesario.

Ajustar las temperaturas de la calefacción y la caldera

Para evitar que se dispare la factura de gas se recomienda que la calefacción esté en una temperatura de 21 a 23 grados. Cabe recordar que por cada grado que se aumente el termostato el consumo de energía aumenta un 7%.

Por otra parte, para calentar el agua para la ducha o lavar los platos lo ideal es que la temperatura se encuentre como mucho en los 45 grados.

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