El futuro de las renovables pone mayor distancia entre PP y PSOE
La gestión de la nueva potencia, los permisos, las compensaciones a las empresas... ambos partidos cruzan ideas y propuestas
Gran parte del futuro energético de España se juega este domingo. Parece un mensaje grandilocuente, pero en estos momentos las diferentes comunidades autónomas donde hay comicios tienen suficiente autonomía como para influir de manera decisiva. Y todos los ojos están puestos en el desarrollo de las energías renovables y sus derivadas, así como su control, gestión y desarrollo. Aunque de nuevo Partido Popular y PSOE -y los potenciales socios de ambos- tienen visiones distintas.
Entre esos puntos de fricción energética está Aragón. Desde la formación liderada por Jorge Azcón (PP) intentan impulsar la interconexión eléctrica con Europa a través de los Pirineos aragoneses.
La interconexión Aragón-Pirineos Atlánticos, que rondaría los 1.000 M€ de inversión, lleva una larga temporada en una situación de casi hibernación a pesar de los sucesivos intentos de España de relanzar la actuación, catalogada como Proyecto de Interés Común (PIC) y que Francia se comprometió a impulsar en la cumbre bilateral celebrada en Zaragoza en 2008.
Para estas elecciones, el PP lo lleva en su programa político. Sin embargo, desde Chunta Aragonesista ya han mostrado su disconformidad con el proyecto, sobre todo, por el impacto ambiental que puede originar en algunas zonas.
Las renovables en el centro del debate
Si la situación de Aragón es una derivada por la implantación de renovables y lo que eso supone, es decir, la necesidad de aumentar las interconexiones para dar salida a la electricidad generada, en otras dos regiones las diferentes son directamente por esta tecnología.
En Asturias, el socialista Adrián Barbón quiere imponer la «obligación a las empresas de parques eólicos a compensar a vecinos afectados y ayuntamientos». Se trata de un guiño a los movimientos ecologistas que han surgido en los últimos meses y que, de una manera muy ruidosa, han introducido en la agenda pública las compensaciones. Sin embargo, desde el PP está situación no la contemplan.
En Castilla-La Mancha, por contra, el gobierno de Emiliano García-Page quiere que las renovables sean un gran impulso para la región. De hecho, la zona se ha convertido en uno de los grandes focos de inversión de las grandes eléctricas españolas. Y aquí, el PP, va a la contra y en su programa electoral pide «regular la instalación de centrales fotovoltaicas en la superficie agraria de Castilla-La Mancha».
La contradicción nuclear
En el capítulo de afectados por la energía renovable, y el impulso de la misma, se encuentra la tecnología nuclear. En este sentido, Extremadura atrae todas las miradas. Según el cierre ordenado que contempla la hoja de ruta del Gobierno, los reactores de Almaraz serán los primeros en cerrarse.
Esta situación la ha enfrentado el PP a nivel nacional, y, lógicamente, también ha sido caballo de batalla de la formación en Extremadura. Curiosamente, los socialistas muestran mensajes contradictorios. De viva voz tienen una postura contraria a Ferraz; sin embargo, en su programa electoral ‘tragan sapos’ y no hacen mencionar alguna a la central nuclear y, por lo tanto, validan el cierre de la misma.
Ayuso a la contra
En la Comunidad de Madrid, más allá de un PSOE donde no existe una idea clara sobre el futuro energético de la región, es la líder de los populares, Isabel Díaz Ayuso, la que vuelve a sacar la bandera del verso libre.
En este caso, la lideresa regional apuesta por ayudas a los vehículos de combustión. Una situación que choca de manera frontal con la agenda del Gobierno central que se ha postulado, y ha maniobrado, para que este tipo de coches encuentre su final lo antes posible.