Los concursos de acreedores en pymes crecen un 24%
A lo largo del cuarto trimestre de 2022 se registraron 931 concursos de acreedores en pequeñas y medianas empresas, según la patronal Cepyme
Los concursos de acreedores en las pequeñas y medianas empresas se dispararon un 23,6% a lo largo del cuarto trimestre de 2022, es decir, entre octubre y diciembre. En concreto, el número de concursos registrados se elevó hasta los 931, en contraposición a los 753 del mismo periodo del año anterior, tal y como reflejan los datos publicados por Cepyme.
Cabe recordar que los concursos de acreedores hacen referencia al procedimiento legal que se origina cuando una persona física o jurídica entra en una situación de insolvencia económica y, consecuentemente, no puede afrontar los pagos que adeuda. Así, contempla desde escenarios de suspensión de pagos hasta situaciones de quiebra de la compañía.
Si se compara la cifra anotada en los últimos meses del año pasado se evidencia que el incremento interanual en los concursos de pymes es inferior al registrado en el tercer trimestre, cuando fue del 87,6%. Del conjunto de concursos registrados durante este periodo, que ascendieron a 5.544, poco más de 4.400 fueron de personas físicas, mientras que 1.137 de empresas.
En el caso de las pequeñas empresas de menos de 50 trabajadores, el aumento interanual es del 22,5%, al pasar de 739 concursos en el cuarto trimestre de 2021 a 905 en el mismo periodo del año pasado. En el rango de las empresas medianas, el crecimiento interanual ha sido del 82,1%, al llegar a 26 concursos.
Efecto de la moratoria concursal
«Si bien la moratoria concursal, que duró desde marzo de 2020 hasta el 30 de junio de 2022, impidió que se produjera un aluvión de concursos durante la fase más agresiva de la pandemia y alivió los problemas de las pymes, su duración ha deparado también efectos contraproducentes, al agravar los problemas de morosidad de las empresas acreedoras», ha subrayado la patronal de las pequeñas y las medianas empresas.
Además, ha puesto el acento sobre el impacto que ha comportado para las pymes las restricciones de la actividad durante la crisis sanitaria, pero también «el fuerte repunte de la inflación, el encarecimiento del crédito y la mayor aversión de las entidades financieras a prestar dinero en un entorno de tanta volatilidad como el actual, aquejado también por desajustes en la cadena de suministros y la indeterminación sobre el conflicto bélico en Ucrania».
«Las pequeñas y medianas empresas españolas han soportado una mayor carga impositiva, nuevas trabas burocráticas, y encaran una fuerte alza de cotizaciones sociales, factores a los que se unen las subidas consecutivas del salario mínimo interprofesional (SMI), que han elevado los costes laborales de las plantillas», ha recordado Cepyme.
