Truco infalible para recalentar pizza y conseguir la textura de una pizzería
Consigue una pizza perfectamente dorada y crujiente con una sartén y un par de cubitos de hielo
Recalentar un trozo de pizza puede ser un desafío, ya que puede ser difícil conseguir que tenga el mismo sabor y textura que cuando está recién hecho. La mayoría de nosotros hemos experimentado con un trozo de pizza de sobra que termina siendo una decepción, por el hecho de que se vuelve blando y sin sabor.
El horno es una opción, pero su uso para recalentar un solo trozo de pizza no es muy práctico, ya que requiere un gasto de energía considerable y a menudo deja la pizza seca y dura. Sin embargo, si tienes varios trozos o una pizza entera, el horno puede ser una excelente alternativa, pues proporciona una calidad superior.
El microondas es la opción más común para recalentar un trozo de pizza, ya que es fácil y económico. Sin embargo, los resultados son a menudo decepcionantes, porque la pizza se vuelve blandengue y sin el crujido y el aroma de una pizza recién hecha en el horno.
El mejor truco para calentar pizza
Está claro que un trozo de pizza fría no es lo mismo que uno recién hecho. Sin embargo, hay un truco fácil y efectivo que está circulando por las redes sociales que promete hacer que tu pizza quede tan buena como cuando la compraste.
El truco es muy sencillo y requiere de una sartén amplia y antiadherente, así como de una tapa que encaje perfectamente y evite la evaporación. La tapa de cristal de muchas sartenes es perfecta para este fin. Con estos dos elementos, puedes convertir tu microondas en una pequeña vaporera que calentará y dorará tu pizza hasta dejarla crujiente y perfecta.
Este truco ha sido probado y confirmado por muchas pizzerías, por lo que es una solución confiable y efectiva para recuperar las sobras.
Hay un método efectivo para recalentar la pizza y conseguir que quede crujiente y apetitosa. Todo lo que necesitas es una sartén antiadherente y un par de cubitos de hielo o un pequeño chorro de agua. Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Coloca el trozo de pizza en una sartén fría y ponla a fuego medio-bajo hasta que alcance entre 90 y 100 grados.
- Antes de que la pizza comience a tostar demasiado, añade dos cubitos de hielo por porción o un pequeño chorro de agua sin mojar la pizza.
- Tapa la sartén y déjala actuar hasta que los cubitos de hielo se hayan derretido y el agua haya empezado a evaporar. Esto debería tardar entre 1 y 2 minutos.
- Verifica la textura de la pizza y cuando esté a tu gusto, sácala con una espátula.
Siguiendo estos sencillos pasos, podrás disfrutar de una pizza crujiente y apetitosa, como si acabara de salir del horno.