La tercera ciudad más poblada de Italia está soterrada bajo toneladas de mugre y suciedad. La localidad popular que existía hace 30 años ha dado paso a un vertedero, la mataron la mafia, la corrupción y la desidia de sus habitantes.
Hay muchas Romas en la capital italiana, y todas ellas merecen una visita. La Città Eterna se despereza y empieza a abrazar la modernidad. Sin perder, por supuesto, un ápice de los elementos que la caracterizan como una de las cunas de la cultura occidental.
Uno quería pensar que los tiempos del desarrollismo a ultranza, el modelo en el que los intereses particulares se imponían al bien público, había firmado su punto final hacía tiempo en España. Craso error.