La aerolínea Iberia ha revelado pérdidas de hasta 15,2 millones de euros por el plante de los controladores que causó el cierre del espacio aéreo español entre el 3 y el 4 de diciembre de 2010.
En total hubo 552 vuelos afectados y 64.531 clientes; los que la compañía trasladó en transportes alternativos ascendieron a 3.730, y a 15.920 se los alojó, a cuenta de la aerolínea. Iberia dispuso durante ese día 29.200 comidas y 39.443 tuvieron servicios o bien de alojamiento o de comida.
El coste de este tipo de asistencia alcanzó 1,67 millones y el reembolso del billete se destinó a 20.012 clientes, lo que costó a la compañía 4,3 millones.
Las quejas fueron “mínimas” dada la cantidad de clientes afectados, y llegaron a 2.573 usuarios, según afirmó la jefa de la unidad de gestión de incidencias de Iberia, Mª Ángeles Fernández Coppel.
Por su parte, el incremento de la actividad del call-center de la aerolínea española aumentó un 120,8%, el número de incidencias subió hasta un 31,7% y en cuanto al coste de la entrega de los equipajes, Iberia ha calculado que ascendió a 256.230 euros.
Aunque no solo las protestas laborales pueden provocar este nivel de gasto por la cancelación de vuelos; también las catástrofes naturales, como las nubes de ceniza provocadas por la erupción de volcanes, caso del volcán chileno Puyehue o del islandés Grimsvötn, o el “vigilado” de la isla del Hierro, que aún no ha originado ninguna nube.